1. recuerdos


    Fecha: 28/05/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: jac, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pero bien y que me notaba más cariñoso. Le pregunté cómo le había ido y me dijo que ya nos contaría. Cuando llegamos a casa mi madre se fue a su cuarto para ponerse cómoda y tomar un baño relajante. Yo tomé algo de la nevera y me tendí desnudo en la cama.
    Una hora más tarde note que mi madre estaba en la cocina haciendo algo. Estaba algo cansado y creo que me quedé dormido.
    Al día siguiente, mi madre entró en mi cuarto y me miró. Llevaba un minúsculo tanga negro que resaltaba todo su hermoso cuerpo. Caray mi niño es un hombre de verdad, dijo mientras se sentaba en la cama y acariciaba mi pene que caía hacia un lado. Mama estás preciosa a cualquier hora del día, le dije mientras le tocaba los pezones y los pellizcaba con amor. Oye me gusta eso que me haces. Ya me han hecho un experto en estas cosas, supongo que la abuela te habrá contado algo, le dije. Sí algo me ha contado, pero no mucho. Mira mamá si sigues acariciando mi pene vas a conseguir que se ponga como un poste y pueda enseñarte algo de lo aprendido. Estoy desenado, dijo mientras continuaba en su acción. Y lo consiguió, así que le quité el tanguita y empecé a besarle su vagina con lamidas y metidas de mi lengua. De arqueaba y se retorcía de gusto. Llego el momento y le dije ya voy de forma que le introduje el pene hasta el fondo. Lanzó un grito de satisfacción. Empezamos a bombear y enseguida estuvimos en consonancia con el movimiento llegando a éxtasis con rapidez. Entre suspiros, sollozos y gritos ahogados, ...
    ... nos corrimos a la vez de forma absolutamente bestial. Mi madre era una “leona” que lo hacía todo de maravilla y me recordó a la abuela. Buena maestra tuvimos los dos. Me había corrido dentro de ella y se lo dije. No pasa nada mi niño, es la mejor manera de disfrutar y yo tomo una pastilla, así que los dos hemos llegado al máximo. Bueno, creo que había pasado un importante examen y desde luego con nota. Cuando los dos estábamos boca arriba, me dijo hay que prepararse, ya que la abuela nos espera. ¡Ah! Muy bien me parece una gran idea para pasar la tarde. No sé, a lo mejor nos quedamos un par de días. Mejor aún le respondí. Me fui al baño y ella se fue también a otro.
    
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    Hacia las doce salimos de casa para ir juntos a casa de la abuela, que ya nos esperaba pues mi madre había anunciado que iríamos. A la llegada Melissa, quien llevaba un taparrabos pequeño negro transparente cuadrado delante y detrás, nos abrió y una vez cerrada la puerta nos dio la bienvenida.   A mi madre le besó las mejillas y le paso la mano por la vagina y a mí me beso en la boca y me ofreció sus tetas preciosas, que bese con gusto.
    Que gusto verlos de nuevo. Siempre es un placer Melissa estar contigo, le dije guiñando mi ojo. La abuela solo llevaba una cinta en uve que subía desde la vagina abriéndose sobre los pezones y pasaba por el cuello la vuelta como una cuerda entre las nalgas hasta unirse de nuevo bajo la vagina. Era de color crema en tela de encaje. Elegante y señorial. Hola, hijos, dijo al ...
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