1. SANANDO HERIDAS CON MI HIJA


    Fecha: 13/06/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: PEDROVL, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... volví a meter en su culo, bombeándola de nuevo con fuerza mientras le sostenía las piernas. Sus gemidos eran fuertes y agitaba sus caderas a cada embestida. Me detuve un instante para besar y chupar sus pechos con fuerza, se los mordí con suavidad así como sus duros pezones. Volví a embestirla con fuerza una y otra vez hasta que por fin, con fuertes venidas comencé a llenarle su culo de leche. Sin dejar de bombearla hasta la última gota, entonces se la saque, mire como quedaba abierto su culo y chorreaba leche. Agarre mi verga y se sacudí sobre su concha, arrancándoles un largo gemido. Le baje las piernas y le ayude a levantar.
    -Me tiemblan las piernas.- Me dice con una sonrisa. – Ciento el culo bien abierto.- Me añade riendo.
    -Y lo tienes bien abierto chorreando leche.- Le conteste con una sonrisa.
    Nos fuimos a bañar, le ayude a lavarla, ya que le dolía la cadera para inclinarse. Fue exquisito lavarle su cola y su concha chorreantes de mi leche. Ahí mismo le chupe los pechos por unos instantes, para terminar secándola y regresar a la cama.
    Diana había bebido bastante, se había desinhibido y descarado a tal grado que se había ofrecido a mí, me la había cogido por la concha y por el culo, llenándoselos ¿Qué podía esperar cuando despertara y en su lucidez se diera cuenta de lo que había pasado?
    Ya con las luces apagadas, apenas nos acostamos, ...
    ... ella se abrazó a mí y se quedó completamente dormida. Estaba completamente claro cuando me desperté, Diana seguía abrazada a mí, con su pierna derecha sobre la mía, su brazo sobre mi pecho y mi brazo sobre su espalda. Entonces ella comenzó a despertarse, yo esperaba que cuando se diera cuenta hiciera un escándalo, pero no.
    -¡Buenos días papi! ¡Qué linda noche!- Me saluda a la vez que su mano acaricia mi pecho y baja hasta mi verga que acaricia con cariño.
    -¡Hola hijita!- Le contesto.
    Con la punta de los dedos recorre todo lo largo de mi trozo de carne que poco a poco se va poniendo dura y erecta. 
    -Me duele el culo y la cadera. Y lo siento bien abierto, gracias.- Me dice mientras me da un beso en la mejilla. 
    Sigue acariciándomela hasta que decide bajar y chupármela como niña con su dulce más rico. Sigue y sigue, baja a mis huevos y los chupa, luego regresa y chupa con ansias hasta hacerme venir en su boca, tragándose toda mi leche, sin dejar una sola gota.
    -¡Me llenaste la concha y el culo, faltaba que me llenaras la boca! Ahora si estoy satisfecha.- Me dice con una sonrisa.
    Nos fuimos a bañar y vestirnos, para salir a almorzar y llevarla a su casa hasta la tarde. 
    La relación entre ambos cambio y bastante, tanto así que unos días después, martes para ser exactos fue a buscarme para comer juntos y pasar la tarde como padre e hija de nuevo. 
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