Don Roque I. - Relatos Eróticos

Don Roque I.

... dijo a los otros jinetes que iban a ver que el ganado en tal potrero estuviera bien, que los vería en la ermita. No mal nos retiramos de ellos, respondí a las insinuaciones que me hizo, bajé un poco mi mano derecha hasta tocar su región pubiana, noté que no traía otra prenda abajo. Le pregunté que, si le molestaba, -No, síguele- me contestó al tiempo que se desataba el cordón de su calzón de manta y se hacía a lo más atrás de la montura, dando vía libre a mi curiosa mano. Con un movimiento de búsqueda, mi mano entró por debajo de la manta y alcancé la zona del suave y abundante bello, seguí un poco más, llegué a la base de la verga y la rodeé percibiendo ya su gran tamaño, un calor frio recorrió todo mi cuerpo a la vez que sentí una gota de líquido preseminal recorrer toda mi uretra hasta salir, como una clara señal del deseo que el hombre había despertado en mi.
El tremendo miembro aún no se llenaba de sangre, estaba grande como si ya estaba erecto, pero aún en posición pasiva, aún blando y con el glande caído. Con un movimiento más delante de mi mano, lo sujeté con cierta firmeza para luego sacarlo de su nido, quedó totalmente expuesto, aunque no lo pude ver, mi posición no favorecía la contemplación, pero si la sensación que, por el momento, era suficiente. Empecé hacer movimientos suaves hacia arriba y hacia abajo y en una de esas, sentí cómo se esparcía por mi mano una gota de pre y luego la regaba por su caliente miembro. Yo quería más y montados sobre el caballo, en ...

... esa posición no se podía llegar a más. Con mucha ansiedad le propuse que desmontáramos, accediendo al instante.
Bajamos de la montura, lo aseguró en la rama de un arbusto, se recargó en una gran roca quitándose y dejando caer la cuadrilera, dejó que su ropa cayera también, mostrando el inmenso rollo de carne ya erecto al 100, totalmente horizontal. Ese centímetro más que adquirió con la erección, me hizo verlo mucho más grande de lo que me había imaginado al tocarlo y al verlo de lejos en el bañito. Me hinqué frente a él, le tomé la verga con las 2 manos y me metí lo que cupo en mi boca, la cabeza y un poco más. Le hice 2 o 3 succiones y le saqué el pre que ya estaba por salir, al tiempo que hizo un ¡ahhhhh! de satisfacción. Mostró tal entusiasmo que parecía haber tenido un buen tiempo de abstención, gemía con fuerza, arremetía como queriendo meter más de lo que cabía en mi boca, sólo que mi mano no dejaba ir más allá de lo permitido por los tamaños de mi boca y de su miembro.
No sé cuántos movimientos había hecho, pero de pronto, cuando lo tenía hasta la garganta, respiró gordo, aguantó la respiración, gimió fuerte para luego lanzar un abundante chorro, una buena parte se escurrió por mi garganta y la tragué directo, otra se me quedó en la boca, la saboree y la trague, apenas lo había hecho cuando se me viene otra avalancha de la rica y caliente leche que me estaba dando ese hombre, nuevamente le tomé el gusto agridulce y consistencia espesa y pegajosa para tragarme parte ...