1. Me gusta que vean a mi esposa. "El paso de un novio morboso a un esposo voyerista" Un texto que me ayudaron a escribir. besos muaa


    Fecha: 30/09/2020, Categorías: Voyerismo Tus Relatos Autor: luciadelarosa, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dar el primer paso para ver a Tere enseñar sin querer. 
    En ese momento le di un regalo, mejor dicho; me di un regalo. Unas tangas, ligueros, medias y una blusa blanca. Escogí el pantalón negro de vestir, la tela era delgada. El maniquí de mujer con un pantalón de vestir acampanado se transparentaba todo. Me imaginé llevarla a caminar por el centro o algún “Soriana” para que le vieran las nalgas. Ahí escogí tangas porque no tenía; de todos colores, unas diez, y ligueros y medías. Le pedí usar un tangón que consideré especial para ese día; la blanca para que se viera todo a través del pantalón. Le entregué una blusa color blanca tipo chaleco sin botones. Sus brazos quedaron expuestos hasta la altura de los hombros. Tenía desde la altura del cuello hasta casi la mitad de los pechos un escote bien grande. Ya estaba todo excitado nomas de imaginármela pasear.
    -Mañana te pones esto y esto- Le dije.
    -Sí. Mi amor. Muchas gracias.- Contestó feliz tomando las prendas para llevarlas a acomodar al baño.
    La noche pasó. No quise cogérmela esa noche, quería esperarme para después de la enseñada. No pude dormir dándome vueltas en la cama.
    -Amor. Despiértate- Me dijo Tere que estaba sentada a los pies de la cama mientras abrochaba sus zapatos.
    Me levanté casi de un brinco. Estaba recién bañada y vestida con la ropa que le di.
    -A ver, Tere ¿Cómo te quedó?- Le pregunté.
    -Me queda muy bien, amor- Me dijo levantándose. Mi esposa estaba parada frente a mí. La blusa blanca lucia perfecto ...
    ... sus enormes tetas. En un tramo, al final del escote, se veía una parte del brasier blanco de encajes. El pantalón casi me provoca un infarto. Se transparentaba con la luz del foco. Se veían los hilos bajando por sus caderas hasta un triángulo que cubría su vagina. Sus muslos, sus piernas estaban cubiertas por una tela negra traslúcida. –Yo digo que está perfecto, nada más me pongo unos tacones bajos. Muchas gracias, amor.- Agregó mi esposa contenta al momento caminaba descalza en busca de sus tacones. Caminó un poco y vi como sus nalgas se movían con libertad en la tanga. Un triangulito quedaba casi al inicio de sus nalgotas y un hilo blanco se aventaba hasta abajo para perderse en medio de las nalgotas de Tere. Se inclinó para poder tomar sus zapatos. Sus nalgas se veían por completo, la raya que las dividía era impresionantemente sugestiva invitándome a meter mi cara pero me contuve.  
    -Te ves hermosa. Bien chula. Bien rica- Le dije acercándome a ella que estaba como empinada para poner mi pene que estaba erecto cerca de sus nalgas.
    -Gracias, amor- Me respondió levantándose para girarse y darme un beso. –Ya prepárate, amor. Se va a hacer tarde para la misa-. 
    -¡La pinche misa!- Grité para ser regañado por mi esposa. Me metí rápido a bañarme. No recordé que teníamos que asistir a misa. Prometí a Tere asistir más temprano a misa, ya no a la de doce, si no a la de diez. –Ni pedo, pensé-. Me desanimé pero me comencé a imaginar que todos los hombres verían el culote y las tetas ...