Las tormentas
Fecha: 18/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... tensa, demasiado pendiente de si suenan más truenos o se ven las descargas eléctricas de rayos y relámpagos. Me arrodillo en el suelo porque así me resulta más fácil llegar con la boca a sus tetas, se las como durante un ratito e inmediatamente paso a ocuparme de su desnudo sexo, lamiéndolo desde abajo hacia arriba, con toda la lengua, sujetándole del culo —en cada trueno o relámpago da un respingo y se mueve de forma incontrolada— oyendo como crece su excitación, como va subiendo el nivel de los gemidos que da.
Tras otro potente trueno, Bea me hace levantar del suelo, se acomoda en la cama boca arriba y sin decir nada me coge la polla para dirigirla al coño. Allá voy, dentro de un solo golpe de riñones, con fuerza, lo más lejos que puedo llegar, satisfecho por las exclamaciones de alegría, de satisfacción, que en voz baja sigue dando la hembra.
He puesto ambos brazos sobre la cama, he tenido que bajar el cuerpo porque Beatriz quiere seguir mirando por la ventana la evolución de la tormenta, y me afano en darle una buena follada, adelante y atrás, con un ritmo rápido, profundo, sintiendo la presión de las paredes vaginales sobre mi tranca, el roce suavizado por los líquidos sexuales. De repente Beatriz grita muy fuerte, se queda completamente quieta y callada durante unos instantes, de nuevo da un grito bajo y corto, quedando fuera de juego, como si se hubiera desmayado, respirando suavemente, hasta llego a pensar que se ha quedado dormida.
Le saco la polla, me ...
... tumbo a su lado y me hago una paja, me parece lo más efectivo para aliviarme ya mismo. En el último momento me giro hacia ella para que los chorros de semen impacten en su cuerpo y la pringuen, yo creo que ni se entera. Me quedo dormido.
Lo primero que hago por la mañana ya en mi habitación es llamar al teléfono de Berta.
—Hola, corazón, anoche me fue imposible telefonearte, una tormenta nos dejó sin cobertura durante horas. Es una pena que no estuviéramos juntos
—Claro que me acordé de ti. No te voy a mentir, me puse muy burrote durante la tormenta pensando en lo que deberíamos estar haciendo tú y yo juntos, me hice una paja en tu honor. Mañana a media tarde nos vemos, podemos quedar en mi casa y te lo cuento en detalle. Besos
No sabía yo que en esta zona hay una asociación de observadores de tormentas y amigos de la meteorología, hasta ahora ni se me había pasado por la cabeza, pero visto lo visto, me he hecho socio y ya he asistido a varias reuniones. Berta no ha querido, ya dedica tiempo a una asociación cultural de música y bailes autóctonos, y me ha confesado que dado lo mucho que se excita durante el desarrollo de las tormentas, no quiere que el asunto trascienda y menos aún ir montando numeritos sexuales por ahí. Gente amable, simpáticos, pelínfrikislos más jóvenes —hay varios alumnos míos del Instituto—de todas las edades, buen rollo y una posibilidad de ocio que me gusta, pues está ligada al disfrute de la naturaleza, a comer y beber tras las reuniones —a ...