Sandía grande, no come sólo. - Relatos Eróticos

Sandía grande, no come sólo.

... fuerte y me decía: "tienes que aprender a controlarte, desde ahora eres mi puta y sólo tienes placer cuando yo te lo indique, eres una zorra sucia" entre eso, sacó cien dólares y se los dio al chofer "por los inconvenientes" ante lo cual, el dijo que así podíamos hacer lo que quisiéramos. No tanto por el dinero, sino porque entre las nalgadas y el movimiento a Carolina se le salieron sus enormes tetas negras, así entre el movimiento de estas y las nalgadas, fuimos llegando a una zona más transitada, más de algún peatón nos tomó fotos mientras algunos volteaban por el ruido y otros mantenían la atención por la vista. 

Llegamos al bar, pero Carolina al ver que el conductor ya descaradamente traía la verga de fuera del pantalón y se la acariciaba, me dijo, vamos Anastacia, no querrás perder tu primera oportunidad, por lo que se bajo del auto, llegó al asiento del conductor y le dijo: cambiemos lugares. Si así, con las tetas de fuera, se bajó, rodeo el coche, diría yo que hasta movió más su gordo trasero e intercambio lugar. Dijo, iremos a un lugar más apropiado.

Un lugar más apropiado sería un hotel. Pero ella sólo se dirigió a las afueras de la ciudad, a un lugar más o menos sólo. En el trayecto, el uber, no perdió un segundo, inmediatamente que se sentó clavo sus manos sudorosas en mis muslos, los cuales, se develaban sumisamente para él, pues al estar sentada, mi falda escasamente cubría mis nuevas nalgas por lo que se abalanzó a masajearlas, con la mano derecha mi ...

... pierna izquierda doblada sobre el asiento, y con su mano izquierda la pantorrilla de mi lado derecho que colgaba del asiento, así, se aproximó a intentar besarme, lo cual, francamente, si no resistí, sabía que Carolina me reprimiría si me rehusaba, por lo que encontré la solución más inteligente, le ofrecí mis tetas, puse su cabeza en medio de ellas y lo apreté en mi escote. Carolina, que veía todo desde el asiento de adelante me dijo: "eres una putita muy astuta" el uber recorría todo mi cuerpo, de las piernas a la cabeza, me amasaba más con desesperación que con algo que pudiera ser cachondo, Carolina veía la escena y se dedeaba, con las tetas de fuera, al querer besarme de nuevo el uber, tome la solución más directa, que fue ir a comerme su verga, me pareció menos repugnante besarlo y quizás una forma de acabar con esto pronto y poder huir,  así que ahora clave yo la cara en su pantalón, Carolina, bajo del asiento del conductor, abrió la puerta trasera, me levanto la cara, y con la verga bien adentro de mis mejillas, me cacheteo varias veces sobre el bulto que hacía su punta en mi cachete, y me dijo: esto no se hace así, tengo que enseñarte todo yo perra sucia; así que le bajo por completo el pantalón al uber al tiempo que ella misma metió la cabeza por debajo de sus piernas para chupar sus huevos, moría de excitación de ver a mi mujer chupándole el huevo, estirándole la piel de los huevos con la boca mientras yo se lo chupaba a este desconocido que me empujaba el plug más ...