Sandía grande, no come sólo. - Relatos Eróticos

Sandía grande, no come sólo.

... adentro de la cola al mismo tiempo, ver a Carolina de rodillas, en la calle, con esos pantalones de piel, con su culo al aire, valiéndole todo, chupando huevo, al tiempo que yo tenía toda la cola al aire para el que quisiera vérmela expuesta por la otra ventana, me pareció lo más humillante, denigrante y excitante que pudiera haber. 

Había quien pudiera ver, y lo había. Al frente había dos chicos a unos cuantos metros acariciando su verga por encima del pantalón disfrutando el espectáculo, Carolina les dijo: "mi amiga es bien puta, y tiene un agujero listo para ustedes si la quieren rellenar a la muy zorra", los chicos se miraron entre ellos, pero no dieron un paso más, a lo que Carolina tomo la acción, se puso de pie, se guardó las tetas en la blusa, mal acomodadas, mientras cruzaba la calle, contoneando sus gruesas caderas en cada paso, mientras todas sus enormes nalgas rebotaban dentro del pantalón tipo piel y las tetas les acompañaban, se acercó a ellos, les bajo el cierre con una mano a cada uno, les tomó de la polla, y así se los llevó hasta el auto, sacó el plug de mi culo, que estaba levantado hacia la ventanilla del acompañante trasero, mientras se la seguía chupando al uber, -el cual, gustaba de asfixiarme empujando mi nuca hasta la base de su verga, y pellizcando mis pezones- para guiar la verga del chico 1, hasta mi ano, y así sin más, sin decir nada, clavármela causándome un enorme dolor por lo irritado, aunque está vez ya dilatado, tomaron mi cadera, y ...

... empezó a taladrarme, mientras Carolina, llevó al otro chico al asiento de adelante, le dijo, cuantas ganas de probar una polla de verdad y no la de un maricón tenía, anda papí, chupa mis tetas, goza mis caderas que estoy como perra en brama deseando me poseas, el chico, más tímido que otra cosa, comenzó a manosear a ese mujerón, ella saltó del asiento y se puso encima de él, a tallarse sobre su verga con unos gemidos exagerados, le puso las tetas en la cara, pasaba sus pezones por su lengua, mientras con su culo masajeaba su verga, ella misma le ponía las manos en sus caderas y en su culo, le enseñaba a tocarla como una vez lo hizo conmigo, y entonces, sucedió lo peor que le puedes hacer a Carolina: terminar antes de que ella ordene. Por si fuera poco, al hacerlo le lleno todo el pantalón de piel negro de semen, por lo que se levantó, le ordenó salir del carro e irse. Mientras su amigo seguía taladrando mi culo, con más dedicación pero sin mayor habilidad. Entonces llamó al uber que dejará de asfixiarme y fuera a follarla, el cual me aventó, se paro con el pantalón a bajo, dando esos pasos cortos, a mi gusto muy poco eróticos,  y se dirigió a alcanzar a Carolina, pero para cuando llego a su asiento y vio a Carolina en cuatro entre los asientos delanteros, dispuesta a chuparsela, con sus enormes tetas colgando, y en el jugueteo "haciéndole una rusa" al pomo de la palanca de velocidades, éste, también se vino.  Sin tocarla. Le dijo eres un pendejo, el otro, aún con ganas, intento ...