1. Cactus


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Control mental, Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... la farmacéutica es como si le gustara lo que he dicho porque sonríe educadamente, hace un gesto que me parece de aceptación y seguimos hablando como dos amigos que se integran en un grupo de personas conocidas que están de celebración. Durante toda la fiesta estamos juntos —Blas me ha felicitado por ello, dándome ánimos para que folle con su cuñada— y lo pasamos bien.
    
    Son cerca de las cuatro de la mañana, salimos del pub Rebe —apelativo cariñoso familiar de Rebeca— y yo cogidos de la cintura, haciendo bromas con otros conocidos que también dejan la celebración, ya en sus estertores, con un puntito de alegría propio de los muchosgintonics que hemos tomado.
    
    Hemos bailado varias veces a lo largo de la velada, no he sido especialmente guarro —algo casi imposible con el vestido azul de punto que lleva puesto, ajustado a todas sus curvas como una segunda piel— pero he rozado sus tetas con mi pecho y las manos varias veces, así como su culo. Me he apretado levemente contra su pubis —qué difícil es hacerlo sin tropezar con sus pechos— y en cuatro, cinco ocasiones he posado mis labios en el lóbulo de sus orejas y en el lateral del cuello. No sólo no se ha separado o ha dicho algo para que me estuviera quieto, sino que ha colaborado, discretamente, pero consciente.
    
    Entramos a mi coche, y antes de ponernos los cinturones los dos nos volvemos rápidamente para besarnos en la boca con pasión, con prisas de deseo. Qué ganas le tengo a Rebeca.
    
    Un beso guarro,a tornillo de los ...
    ... de verdad, largo, ensalivado, con las lenguas en papel estelar, anudándolas, chupándolas mutuamente, recorriendo toda la boca, abriendo y cerrando los labios al unísono…
    
    —Vámonos a mi casa
    
    No recuerdo cómo hemos llegado, tras pensar que quiero que Rebeca me toque elpaquete mientras vamos de camino, se ha girado hacia su lado izquierdo y tras besarme suavemente en los labios, con su mano derecha ha estado tocando, palpando, apretando, acariciando mi polla tiesa y dura, que me parece que está como nunca antes. Nada más llegar nos hemos vuelto a besar y después ha bajado del coche para abrir la cancela de la valla que circunda su casa. Me he fijado en su culo, en el suave lento vaivén de su hipnotizador movimiento a derecha e izquierda, levemente arriba y abajo. Fabuloso.
    
    Tras aparcar en el patio, entramos en la casa, me lleva de la mano hacia la sala principal, y allí, enciende un par de suaves luces indirectas, desabrocha el cierre del ajustado vestido, baja la cremallera hasta casi el final de su espalda y con voz suave, algo ronca, tremendamente sensual, me pide:
    
    —Por favor, ayúdame a desnudarme y después me follas
    
    Estoy con dolor de testículos de lo hinchados y llenos que los noto, mi polla quiere romper la bragueta del pantalón palpitando, dando cabezazos de necesidad, que se incrementan cuando Rebeca queda ante mí sin el vestido, con las grandes tetas difícilmente contenidas por un sujetador negro de copas mínimas que apenas tapa las marrones areolas y los ...
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