1. Inmigrante (09)


    Fecha: 28/12/2017, Categorías: Incesto Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... bajando mi dedo por su raja hasta llegar a su ano y siguiendo su perineo, mojarlo en su coño rezumante ya, para volver a su ano y acariciarlo e ir lubricándolo.
    
    -Con cuidado, Don Jomo. Por ahí no lo he hecho nunca
    
    Sin embargo, conforme fui intentando dilatar, observé que lo hacía con rapidez.
    
    -Para no haberlo hecho nunca, dilatas muy bien.
    
    -Como sé que a usted le gusta hacerlo por ahí, llevo toda la semana dilatándolo con todo tipo de objetos y cremas.
    
    Seguí acariciando su cuerpo por todas partes, respondiendo ella a mis estímulos con gemidos de placer y frases para que siguiera.
    
    Cuando calculé que estaba lo bastante excitada, le propuse meternos en el jacuzzi. Le pillé un gesto de disgusto. Debió pensar que se iba a quedar con las ganas otra vez.
    
    Lo preparó todo y nos metimos en él. Tenía pequeños asientos a distintas alturas y yo elegí el que quedaba más bajo y que dejaba el nivel de agua a la altura de mis hombros. A ella la hice sentarse sobre mis piernas, de espaldas a mí y le ordené meterse la polla en el culo.
    
    Se levantó lo suficiente para guiarla con su mano, poco a poco se la fue metiendo hasta que quedó sentada sobre mí de nuevo. Estaba muy estrecha y me hizo sentir el roce de cada milímetro recorrido. Cuando la tuvo dentro y empezó a moverse ella misma, la tomé por sus caderas y, aprovechando la flotabilidad que da el agua y su ayuda, la hice subir hasta que quedaba en la entrada de su ano y la volvía a bajar, metiéndosela ...
    ... completamente.
    
    Tras un rato de estar enculándola, la hice levantarse y colocarse con las manos apoyadas en el borde para seguir enculándola más duramente. Sacaba mi polla completamente y se la volvía a clavar hasta el fondo. El agua, que llegaba ligeramente por encima de su ano, hacía de lubricante para facilitarme la follada.
    
    Cuando me sentí cerca del orgasmo, metí la mano bajo su cuerpo para acariciar su clítoris, dando vueltas a su alrededor y ligeras presiones por encima. En el último momento, lo ataqué directamente, llevándola a un intenso orgasmo, al que correspondí llenándole el culo de leche.
    
    A ella le flaquearon las piernas y la estuve sujetando por las caderas, con mi polla dentro de su ano, hasta que se me bajó la erección.
    
    Entonces nos salimos del agua y desnudos, salimos también del recinto del jacuzzi. Pero no sé si fueron nervios, si tenía retención o que, mientras la follaba, le estuve metiendo agua, se le soltaron las tripas y empezó a soltar todo lo que llevaba en ellas.
    
    -Ay, ay, ay. Don Jomo, que no me puedo aguantar. Que no puedo sujetar mis tripas.
    
    Su primera intención fue dirigirse a la casa para ir al baño, pero la retuve y la hice agacharse en un rincón y terminar allí, si no quería poner la casa perdida. Muerta de vergüenza, tuvo que soltar todo delante de mí, que la miraba fijamente.
    
    -Por favor, Don Jomo, esto es muy vergonzoso para mí. No me mire. Mejor entre en la casa.
    
    -Al contrario, no voy a dejar de mirarte y además, quiero que abras bien ...
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