Inmigrante (09)
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... las piernas para que se vea tu coño, tu culo y cómo se te escapa la mierda.
Una catarata de porquería salía a golpes de ella, interrumpida por ruidosas ventosidades. Su cara, roja hasta lo increíble, parecía estar al borde de arder. Debió estar a punto del desmayo.
Cuando ya no salía nada, fui al grifo que tenía con una manguera para regar el corral, la hice levantar y poner de culo hacia mí, con las piernas separadas y doblada hacia adelante. Abrí el grifo y lavé bien su culo, sus muslos y lancé el chorro de agua sobre su clítoris.
Cuando empezó a gemir, le di la toalla y limpié el suelo con la manguera mientras se secaba. Ella terminó antes y le ordené hacer sitio en la mesa, cuando lo hice yo, ya la tenía recogida y limpia, solamente quedaba el mantel y las servilletas.
La hice recostar boca abajo sobre la mesa, hice un rollo con una servilleta y la doblé por la mitad, quedando como una porra, con la que le di golpes en el culo.
-Zass
-¡Eres una guarra! ¿Cómo se te ha ocurrido cagarte encima? ¡Cerda! ¡Eres una cerda!
-Ayyyy. Perdone, Don Jomo, no sé qué ha pasado. Ha sido sin querer.
-Zass
-¿Sin querer? Yo te voy a enseñar lo que es “sin querer” para que no lo vuelvas a hacer.
-Ayyyyy. Perdone, Don Jomo, no lo volveré a ...
... hacer.
-Zass
-Claro que no lo volverás a hacer, si no quieres conocer un castigo mayor.
- Ayyyyy. Si, Don Jomo, no lo haré más.
-Zass
-Cerda, más que cerda. Di que eres una cerda.
- Ayyyyy. Soy una cerda, Don Jomo, perdóneme.
-Zass.
-Di que eres mi cerda.
-Ayyyyy Si Don Jomo, soy su cerda.
-Zass
-Y pide que te castigue más por lo cerda que eres.
-Ayyyyy. Si, Don Jomo, castígueme porque soy una cerda.
-Zass…
Así hasta veinticinco golpes. Su culo mostraba zonas moradas cuando terminé. Se lo acaricié y bajé mi mano hasta su coño y ¡estaba chorreando!
Me coloqué delante de ella e hice que me la chupase para ponerla dura de nuevo. Cuando lo consiguió, le estuve follando la boca un buen rato, sacando todas sus babas y dejándola con arcadas, para pasarme detrás y metérsela por el coño y follarla hasta que me corrí clavándola hasta lo más profundo, no sin que antes ella se hubiese corrido dos veces más.
Quedó derrengada sobre la mesa. La tomé en brazos y la llevé al dormitorio, donde la dejé acostada. Primero boca arriba, pero ante su gesto de dolor, la dejé boca abajo. Me vestí, terminé de recoger la mesa y me marché dejándola acostada y dormida.
Espero que les siga gustando. Agradezco sus comentarios y valoraciones.
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