LA MENOS PENSADA - Relatos Eróticos

LA MENOS PENSADA

... delicado. 
-¿Cómo?
-Bueno…, a veces espío y de verdad sos un amor…, me gustaría tenerte conmigo.
-No digás pavadas.
-Si ¿por qué no? Nunca estuve con un hombre. Mamá me tiene enclaustrada para eso.
-Kirky, por favor, terminemos aquí.
-¿Por qué? Si no es nada malo. ¿Vos no tuviste sexo a los 15 años?
	Lo iba a negar… pero no quería mentirle. Kirky merecía la verdad. Como era el mundo.
-Sí… pero era otra situación… Desgraciadamente este mundo es así. Sos mujer. Lo que le pasa a la mujer es muy distinto lo que le pasa al varón. A un varón mujeriego no lo llaman puto ¿no?
-¡Jajaja! ¡No es para tanto! Yo quiero tener sexo solamente con el que me gusta. ¡No con todos!
-Ya va a llegar, paciencia.
-¡ME GUSTÁS VOS!
-No seas loca. Eso es imposible. Amó a tu mamá y no pienso hacerle eso. ¡No la voy a engañar con nadie, mucho menos con su hija!
-¡No es ser infiel, no! Es solo sexo. Nada que ver con el amor. Y te quiero a vos porque sé cómo serías conmigo, lo mejor, toda tu dulzura…
La nena estaba del otro lado de la mesa de dibujo. En un momento no la vi.
De pronto sentí su mano sobre el pantalón ¡me intentaba bajar el cierre!
-Kirky ¿qué hacés? ¡Salí de ahí!
-¿Por qué? Se está muy cómodo. 
Le tomé su mano para que me soltara. Ya lo había abierto. Con la mano buscó el bulto y me saco la pija hacia afuera.
-¡Kirky basta!
-¡Dale! ¡Se buenito! 
-¡No hagas eso!
Yo tiraba para que me soltara, pero ella apretaba para que no me escapara. Antes que me diera cuenta o lo ...

... pudiera evitar me la estaba chupando, fláccida y todo. Sentí la erección. ¡No lo pude evitar!
-¿DONDE APRENDISTE ESO?
-En la compu. Nadie puede evitar que mire porno ¡y me gusta!
Eso me dijo con la “boca ocupada”. ¡No aflojaba!
Traté de correr la silla hacia atrás. Kirky no soltaba y caminaba de rodillas, siguiendo  a la silla…, o sea a mí y a mi pija. 
-¡AY PAPI, PAPI, PAPITO! ¡METEMELA POR FAVOR!
Se paró de pronto y salto sobre mí, mirándome. Me tomó del cuello con un brazo y con la otra mano se ayudó a metérsela. ¡Se enterró hasta los huevos, de un saque! No tenía bombacha. Se la había sacado cuando volvió de la escuela, cuando se enteró que estaba yo. Lo planeó todo.
Me abrazo con los dos brazos y comenzó a cabalgar enloquecida.
-¡Dale, dale! ¡Por favor! ¡Así! ¡Ay, ay, qué lindo, qué lindo! 
Cabalgaba desaforada. 
-¡Ay, ay! ¡Me vengo, me vengo! ¡AAAAHHHHHH!
Era terrible. Sentí como su vagina latía y apretaba mi pija. 
-¡Kirky, por favor! ¡No seas loca! ¡Podés quedar embarazada!
	Entre sus suspiros y gemidos me decía…
-No, para nada, no estoy en días fértiles, soy muy regular. ¡Dale, dale!
No pude contenerme y la llené de semen, mordiéndome los labios para no mostrar ninguna sensación que la pudiera calentar. ¡No quería que ella supiera de mi placer!
¡Así, así! ¡Qué lindo! Siento toda la lechita. ¡Qué lindo papi!
Y se quedó ensartada plácidamente, incluso cuando la pija había vuelto a su estado cansino.
Kirky me acariciaba y besaba, incluso en la boca. Yo ...