VIVENCIAS 4 (ANITA, UN TESORO MAS)
Fecha: 04/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos
... labores del campo, pues sus manos eran de lo más hermosas y cuidadas, al igual que sus pies que dejaban al descubierto las sandalias de piso adornadas con una margarita en la mitad del empeine.
Mucho gusto a todos, dije saludando y los señores pronto se levantaron para ofrecerme la mano, los saludé con todo respeto, a los chamacos también con un “quiobo chavales” y a la princesa con un besito en la mejilla y ella correspondió más que entusiasmada.
Fredy se apresuró a comentarles a sus papás que yo no era de la ciudad, que también era provinciano y que estaba viviendo solo en la capital y que después de la escuela tenía que trabajar.
A grandes rasgos les platiqué mi vida, mis gustos y como había sido que me fuera a vivir solo a la capital.
De don Alfredo recibí un sinfín de elogios, aplaudiendo mi tenacidad y convicción, mientras la señora se afanaba en preparar una salsa en el molcajete que estaba sobre la mesa. Anita no perdía detalle de lo que yo hacía y hablaba.
Y tienes novia. De repente dijo Ana.
Chamaca grosera, que tienes que estar de metiche. Dijo su mamá.
No se preocupe señora, está bien. Aclaré. No, no tengo novia.
Ehhh. Eso si ni tú te lo creíste dijo Fredy, y la señora qué? Apoco no andas tras sus faldas largas hasta los tobillos, dijo en tono de burla.
Y el ambiente se soltó mucho más con la guasa de Fredy. En pocas palabras les conté de mi amiga Rosario y como me había ganado el mote de novio de la señora.
Los señores amables en ...
... todo momento, estaban pendientes de mis necesidades…
Otra cervecita joven, una botanita? Me ofrecían unos grandes pedazos de chicharrón duro con pico de gallo (salsa mexicana). La charla se prolongó como una hora, hasta que don Alfredo dijo:
Pus yo creo que ya hay que comer, ya me ruge la tripa de hambre.
Pues pa luego es tarde, le dije, y nos dirigimos los 2 al azador, y compartimos la preparación de la carne asada, llevándonos los aplausos de los demás comensales.
Una vez terminada la riquísima comida compuesta de carne asada, chorizo, cebollitas y nopalitos, se destaparon otras cervezas, por lo que me animé a brindar no sin antes preguntar, que era lo que estábamos festejando.
Pus nada más que el gusto de tener entre nosotros un amigo de mi hijo, que en unos cuantos años, se convertirá en licenciado. Dijo con mucho orgullo don Alfredo. (Que lástima, el señor no pudo ver cumplido su sueño, ya que 2 años más tarde, moriría víctima de cáncer en los pulmones, pero Fredy, si se recibióy a la fecha es un exitoso abogado que además me ayuda en los asuntos legales de mis negocios, espero y nunca lea este relato, ya que no sé que pensaría ahora de lo que ocurrió esa noche.)
La tertulia se alargó hasta cerca de las 8 de la noche, por lo que muy amablemente los señores me ofrecieron una recámara, para quedarme. Acepté encantado, ya que de verdad, se me hubiera hecho difícil despedirme de tan amables personas a esas alturas de la conversación. Convenimos con Fredy no ...