1. Esclava de mis actos, presa de mis palabras


    Fecha: 10/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... nudillo y el dolor era muy intenso. Empecé a llorar.
    
    Acto seguido sentí su manota tirándome del pelo y con fuerza me tironeó hasta dejarme cara a cara con su pija. Era más grande de lo que había visto en las fotos. Me pegó tres golpecitos en la cara con su miembro, estaba tieso y caliente. Olía a semen. Me soltó el pelo y con un cachetazo me advirtió: “Chupala hasta que yo te diga si no querés que te pase nada”. No tuve otra alternativa que prenderme a su pija, no podía meterla toda en mi boca de lo ancha que era.
    
    “Mentime zorra, chupala como si te gustara, decime las mismas cosas que me decías por el chat, querés que te lea”. Y me tiró más fuerte del pelo.
    
    Empecé a fingir gemidos y a chuparla como si realmente me gustara porque sentía miedo. “Que hermosa pija”, le dije como para que mi actuación fuera más convincente. Le pasaba la lengua de arriba para abajo y por momentos la vagina se me contraía. Me dolía la cabeza por el golpe y sentía un ardor en la mejilla pero había algo en mí que deseaba ser ultrajada por esa pija amenazante y erguida. Me agarró de la nuca y me la clavó hasta la garganta. No podía respirar, me tuvo así algunos segundos hasta que me soltó. Mi vagina lanzó un chorro de flujo, tuve temor de morir ahogada pero al mismo tiempo quería que lo volviera a hacer. Empecé a toser y hacer arcadas pero no me dio respiro, volvió a apretarme hasta que mi boca hacía contacto con su pelvis. Era enorme.
    
    Estaba confundida quería que me dejara bajar de su ...
    ... auto, pero su pija se ponía cada vez más tiesa y tentadora. Con su mano seguía jugando con mi clítoris, pellizcándome las tetas, manoseándome todo el cuerpo buscando que yo reaccionara.
    
    “Mirá lo mojada que estás zorra. Sos igual que todas. Sos putita traga leche”, llegue a escuchar porque me descargo un chorro grande de semen en la garganta que no me quise tragar y quedo toda en la zona de sus pendejos. “Cometela o te doy otra como la de recién. No era que te gustaba le leche zorrita”. Tuve que hacele caso, subí y bajé por su pene una y otra vez hasta que no quedó ni una gota de leche. Me comí hasta lo que había quedado en uno de sus muslos. Estaba mojada, pero me quería ir. “Dejame bajar, Gustavo”, le imploré.
    
    Destrabó la puerta y manoteó mi celular cuando quise agarrarlo para salir corriendo. “Dámelo por favor”, le rogué pero bajó por la otra puerta del auto y lo rodeó hasta quedar detrás de mí. “Ahora te lo voy a dar”, pero primero vas a cumplir tus promesas. Y me empujó hacia el auto. Mis tetas quedaron apretadas contra el vidrio de la ventanilla.
    
    Me bajó la bombacha y me levantó un poco la pollera. “Por favor no Gustavo, ya está. Ya te chupé la pija, dejémoslo acá”, le pedí llorando pero su respuesta fue violenta. Me dio dos fuertes palmadas en el culo, me dejó toda roja. Con uno de sus pies me peteó los tobillos para que abriera más las piernas. Me metió dos dedos en la vagina y los refregó por el culo como para lubricarlo.
    
    “Pedime que te lo rompa como me pedías ...
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