1. 39.3 El pasado doloroso


    Fecha: 06/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... Borja. Le agradecí la información y marché antes de que empezara a formular sus preguntas sobre cómo había pasado el verano. Salí por la puerta principal y bordeé la casa hasta llegar a la parte lateral, dejé el edificio de cocheras y casa del chofer y llegué a la piscina, estaban en ella varios muchachos, hermanos de Borja y otros, una niña me conoció y me saludó con la mano, le devolví el saludo muy alegre, debía saber a quien buscaba porque me señaló con su manita las pistas de deporte más abajo.
    
    Hacía crujir la piedrecilla de río, rodada y redonda de los senderos con mí andar decidido y enérgico, quería verle cuanto antes y mi corazón galopaba.
    
    Las pistas estaban desiertas, no había jugadores de tenis, ni de baloncesto, ni en la multiusos, me quedé desilusionado, todo era visible girando la vista y solo quedaba la casita donde se recogían las redes y artículos de deporte en el invierno, la puerta estaba entornada, la abrí para que el mundo estallara en mi alma.
    
    Allí estaban los dos, Borja y Gonzalo, se me quedó grabada la escena como si se tratara de una fotografía, pero marcada a fuego para siempre en mi memoria. Borja estaba tumbado en el suelo sin su pantalón de deporte, encima de él estaba Gonzalo con su pantalón bajado, metiendo y sacando su verga del culo de Borja.
    
    Giraron su cabeza cuando oyeron como se abría la puerta, para encontrase con mi mirada aterrada, durante unos segundos el mundo se paró causando la mayor catástrofe que se pueda en mi ...
    ... corazón, los tres con los ojos muy abiertos permanecíamos mirándonos. Algo retumbaba en mi cerebro llamándome a perder el sentido y caí al suelo que avanzó hacia mí y le contuve con mis manos.
    
    Me incorporé, ellos continuaban quietos, Gonzalo metido aun en el cuerpo de Borja, giré sobre mis pies e inicié el camino de vuelta vacio y sin vida, sin saber lo que me hacía, comencé a correr cuando escuché el chirriar de la piedrilla detrás de mí, no giré mi cabeza, por el ruido eran los dos lo que venían siguiendo mi camino y atronando mi cabeza con el quejido de las piedrillas al ser pisadas, y empecé a correr como un loco llorando de dolor, tropecé y caí sobre la hierba dando unas vueltas, bajando la suave ladera hacia el acantilado.
    
    -Perdóname Daniel. –Gonzalo se abrazaba a mí y escondía su cabeza en mi hombro llorando, unos pasos más allá, Borja de rodillas lloraba también.
    
    Así permanecimos un tiempo que no podría precisar hasta que nos fuimos calmando, Me sostuvo para ponerme en pie y llegamos a las piscinas, allí nos lavamos la cara, permanecimos un rato sentados mirando las evoluciones y juegos de los pequeños, sin hablar.
    
    -Por favor Daniel, no digas nada a mis padres les dolería y sería terrible. –le miré un momento su cara tan noble que siempre me había encantado, mostraba una terrible tristeza y arrepentimiento a punto de volver a llorar, y Borja ya era un hombre que había terminado su carrera e iba a comenzar a trabajar con el abuelo de Gonzalo como su asistente ...
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