MI JUGUETE NUEVO - Relatos Eróticos

MI JUGUETE NUEVO

... agarrándome las nalgas o asiéndome de las rodillas o piernas, luego me inclinaba hacia adelanta para que mi amante me chupara los senos o para besarlo en la boca y así me vine una, dos, tres y hasta cuatro veces hasta que caí de lado, mi amante me coloco de misionero y me penetró con tal furia que bien hubiera podido hacerme daño, sin embargo, mi hambre de hombre me permitió gozar cada instante hasta que se vino de nuevo. Como premio, le limpié su verga, mi verga, con la boca hasta dejarla bien limpia y flácida.
	Descansé unos minutos y luego me fui a mi cuarto a esperar la llamada de mi marido, recién cornudo.
	Todo esto quedó grabado conscientemente, siempre busqué colocarme y colocarlo en posiciones claras frente a cualquiera de las dos cámaras.
	Después de platicar unos minutos con empalagosa frases de amor con mí maridito querido, me enjuagué, me vestí con ropa sensual y me preparé para cenar en compañía de Alberto, el cual salió de su cuarto muy cambiado, limpio y con una fragancia embriagadora, le di un beso, y Rosalba nos sirvió sendas copas de vino tinto, uno de los mejores que guardaba mi marido, total, si ya había compartido a su mujercita, que más daba un vinito fino, luego le diría al buey que trajera más, hasta pensé en quitarle dinero para vestirme sensual y que me desvistiera su otrora odiado sobrinito. Le dije a Rosalba que se sirviera otro, brindamos, cenamos, nos sentamos en la sala, platicamos degustando vino tinto, hasta bailamos como dos enamorados. ...

... Mi amante me brindaba miradas enamoradas que me hacían sentir bien. Luego fui y me puse la lencería más sensual que encontré, le indiqué a Rosalba que durmiera en mi recamara y que, si recibía alguna llamada del buey, le dijera que estaba en el baño y corriera a avisarme para ir a contestar la llamada.
	Me fui a exprimir hasta la última gota a ese hermoso ejemplar masculino. Mi segunda luna de miel, je, je, je.
	Enfundada en un liguero blanco, con brassier haciendo juego al igual que la tanguita y unos zapatos negros de aguja, todo ello debajo de un vestido escotado de minifalda, bien maquillada con mi boquita pintada, me fui a su habitación abrazada por la cintura y entre beso y beso, recibiendo hermosas palabras que me decían que siempre había sido yo un amor platónico desde niño y que hoy era un sueño hecho realidad para él, me fui con mis piernas escurriendo líquidos, producto de mi calentura.
	Después de algunos fajes donde el chico no se cansaba de sobarme las nalgas y entre beso y beso apasionado, nos fuimos desvistiendo cada uno al otro, hasta que quedé con mi lencería que hacía que mi querido abrir los ojos extasiado con una cara de amor y lujuria que me llenaban de satisfacción haciéndome sentir sexy, cachonda, deseable, una zorra del amor.
	Me arrodillé ante él y me prendí de su hermosa verga, la más hermosa hasta hoy, la segunda en mi vida. Le hice todos los honores con mi boca pintada, me bebí sus jugos sabrosos, le hice una mamada única hasta que me levantó, ...