Gotas de Maribel
Fecha: 26/01/2018,
Categorías:
Control mental,
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... golpe de riñones de la hembra, habla poniendo una voz aflautada, como muy maricona:sí, puta, sí, fóllame; como me gusta.
Adelante y atrás Ceci está durante muchos minutos sodomizando a su marido, quien respira como si fuera una olla exprés, gime y le pide más marcha a su mujer, quien de vez en cuando le da varios fuertes azotes en las peludas nalgas e incrementa el ritmo un poco más. Cuando ya me parece que está durando demasiado la enculada, Cecilia saca la polla, Lorenzo se da rápidamente la vuelta, se tumba boca arriba en el sofá con las piernas en alto, dobladas, y su mujer se la vuelve a meter en el culo, mientras se arrodilla lo suficiente sobre el asiento del sofá como para llegar a mamarle la punta de la polla. En cosa de dos minutos Lorenzo da un corto grito y eyacula en la boca de Ceci, quien aguanta hasta el final, tragando el semen y esperando a que su marido le pida que le saque la polla del culo. Han durado mucho rato, más de tres cuartos de hora.
Me he puesto cachondo, pero paso de tener nada con ellos, así que llevo a su ánimo que están muy contentos por haberme invitado a cenar, y de ahora en adelante, como empresario eficiente que soy, me van a hacer la pelota cuando coincidamos en el pueblo. Había venido con la idea de castigar con dureza a Ceci, quizás usando el cinturón, pero para qué, además, el perfume siempre me brindará otra oportunidad si así lo quiero.
Hace muchos días que no veo a Mina, me voy al bar de copas en donde trabaja, se alegra ...
... de verme, y sin necesidad de usar el poder mental quedamos en mi casa para cuando termine de trabajar. Un buen polvo siempre se agradece, y Mina me ha dado gusto sin tener que pedirle que me la chupara, ha salido de ella. Después, charlamos ante un café y no puedo evitar hacer uso del espray para que me cuente las novedades que conoce sobre la vida del pueblo. Todo se lo cuentan en el bar, por la noche y con dos copas los tíos nos volvemos unasmarujonas cotillas, tal y como ella dice.
Resulta que a Mina le ha pedido matrimonio el dueño de la gasolinera de un pueblo cercano. Le gusta, son de la misma edad y ninguno de los dos tiene familia. Se lo está pensando seriamente, quiere saber si el tipo va bien de dinero y si será capaz de soportar que algún malintencionado le recuerde que ella ha sido un poco puta. Me lo apunto para ir a echar gasolina y de paso interrogar al dueño para luego contárselo a Mina.
Me llevo una sorpresa cuando me dice que hace dos días estuvo en la casona de la familia Miravaux. De noche, ya tarde, discretamente la contrató un chófer en nombre de Antero —le pagaron una pasta con la condición de que no lo contara— para follar con él y su esposa. Se cansó mucho, estuvo toda la noche intentando poner a tono al marido, y a la tetona de la mujer —es un poco perra, sabes— le tuvo que comer el coño varias veces. Menos mal que al final se corrió el hombre —oye, tú te pareces mucho a él, ¿no seréis familia?— y como había una coca cojonuda, fue aguantando ...