1. Mi familia paterna


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Incesto Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... sienta bien y luego es un problema. Como él no te lo va a decir, me ha pedido que te lo diga yo. Por lo que más quieras, que no tome más de una copa y mejor ninguna, ¿ok?”
    
    —”¡OK!”, no tomará una, los dos tomaremos coca-cola y no habrá problemas”, dije muy en serio y chocamos nuestras manos como un juramento.
    
    —”Ah, y por lo demás —añadió sonriente— no te preocupes: follaréis; lo sé; no te olvides que yo estaré ahí ausente, pero de alguna manera estaré, llamaré al móvil de Gaspar; que sin mi permiso nadie se folla a Gaspar, y tú lo tienes, si te comprometes en contármelo para que yo te supere”, dijo mirándome el paquete que ya mostraba una buena erección.
    
    Seguimos hablando, pero como mi erección seguía, me envió al baño indicándome dónde estaba; pero una vez en la puerta entró él también y quitándome el short, se puso toda mi erección en su boca y me masturbaba la polla con sus dientes de una manera deliciosa, dando dentadas tangibles al frenillo, hasta que después de un rato me vine en su boca y me desahogué del todo. Le abrí la cremallera de sus vaqueros y saqué la polla encerrada en la tanga y me la comí. De modo concreto, lo que más hice fue pasar la lengua por dentro del prepucio para excitar el glande y al mirar hacia arriba veía cómo «sufría el Adán del castillo de la Espadaña» y aceleré los movimientos bucales y la estimulación lingual para que se viniera en cuanto antes y obtuve el resultado perseguido. Se vino abundante y mientras expulsaba el semen ...
    ... me lo pasaba por la cara para llenarme de semen del novio de mi primo. La gozamos los dos porque me levantó y nos dimos un beso largo. Luego nos lavamos la cara, la boca, y limpiamos con papel higiénico todo el suelo. Dejamos el baño como nuevo. Salió él antes y al poco tiempo, después de una magistral meada que pude hacer, salí con la última gota de orina prendida en el pene que no tardó en traspasar el pantalón. Me senté en la terraza para disimular la impresión húmeda y esperamos a que llegaran los mellizos. Luis se despidió con dos besos a cada uno, incluso a Fernando y salió corriendo porque se le hacía tarde.
    
    Fernando también se despidió porque tenía que hacer sus asuntos, que no debían ser muchos, pero quería dejarnos solos. Fue entonces cuando le hablé ponderativamente a Gaspar de la suerte que tenía con Luis y de lo bueno que era, y me dijo:
    
    —”Por segunda vez me dices cosas buenas de la persona que más quiero; te lo agradezco, y sabe que no te equivocas”.
    
    Entonces le dije:
    
    —”Bueno, en algún momento tendré que arreglarme, lavarme y vestirme, bañarme, asearme y cambiarme de ropa”.
    
    —”Ya. Todo está bajo control. No te apresures; por tu puta madre, que no te faltará nada. En mi habitación tienes, sobre la cama, la ropa que has de ponerte esta noche para cenar y para que salgamos. Y si Luis te ha dicho algo relacionado conmigo, hazle caso y ayúdame”, dijo con sequedad.
    
    —”Esta noche, en la cena con tu hermana agua o coca-cola…, eso es todo…”, dije ...
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