EL DISPARADOR LIBIDINOSO DE MI MADRE
Fecha: 24/04/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... adentrarnos por las calles de Arequipa, mi madre le ordenó al taxista llevarnos a casa, cosa que me sorprendió, sin rechistar nada, lo que me dio a entender que mi madre se había arrepentido de lo que tenía en mente. Al ingresar en el edificio que es de nosotros, quise decirle algo pero ella me acalló son su mano, susurrándome que no dijera nada. Antes que todo, debo decir que el edificio de mis padres es de 4 pisos, y ellos viven en el cuarto, y tanto el 2do como el 3ro se arriendan con todo y mobiliario para habitarlo. Al arribar al 3ro, mi madre se detuvo frente a la puerta de uno de los dos apartamentos, e ingresó la llave; yo le detuve la mano por su equivocación, pero ella volvió a susurrarme diciendo que allí dentro no había nadie. Y fue cerrando la puerta que ella volvió a abrazarme, con su mirada llena de una combinación de deseo y lujuria. -Ay, mi amor, quiero que me des otro beso –dijo jadeante-, y hazme el amor, si quieres, y que Dios me perdone, pero esta noche no aguanto las ganas de estar con un hombre, así sea mi propio hijo. Para ese momento no distinguía entre lo moral e inmoral, entre lo correcto e incorrecto, tan solo deseaba follarme a mi madre, quien ahora me parecía la mujer más seductora del mundo. Devorándonos a besos me la fui llevando hacia la habitación, y de pensar en el morbo que me producía saber que en la habitación de arriba descansaba mi padre, esto me generaba mucha más excitación y ya mi pene lanceteaba de lo caliente que estaba. Cerramos ...
... la puerta y nuestro beso se hizo suave, y yo comencé por quitarle su chaqueta y desabotonar su camisa mientras ella metía su mano por mi espalda para sobarla, y con la otra sobaba mi miembro por encima del pantalón. Al separar nuestros labios abrí por completo su camisa, y al ver su sostén color gris, con sus tetas enormes que sobresalían del bordo del encaje, amenazantes con salir, dicha imagen celestial me prendió mucho más y me tiré a besarle el cuello mientras con mi mano izquierda recorría toda la extensión de uno de sus senos, amasándolo a placer, escuchando los gemidos de mi madre que gozaba de lo lindo. Poco a poco fui bajando hasta deslizar su tirante y comenzar por bajar la copa de a poco hasta descubrir ese hermoso pezón que me alimentara de niño, largo y grueso, en medio de esa areola enorme y punteada, que de inmediato me lancé a mamar. Quité por completo su sostén, y me quedé maravillado con lo poco caídos que eran sus melones a pesar de sus 5 hijos que tuvo que lactar. Luego, como pude, me deshice de mi ropa, con la ayuda torpe de las manos de mi madre, y me apresté a bajarle el jean y descubrir su panty de encaje que destilaba de humedad de su entrepierna. Descorrí su panty y me encontré con una mata de pelos que brillaban, y se adivinaban unas cuantas canitas en la entrada de su chochito, el cual me dispuse a mamar cuando mi madre me advirtió que nunca se la habían chupado. La tranquilicé diciéndole que si no le gustaba que no seguiría, y ante su aprobación me ...