La historia de muriel
Fecha: 15/10/2021,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... gimiendo ante cada arremetida de sus dedos.
Me quito a Snoopy quedando desnudo frente a ella mirando cómo se masturbaba y empiezo a hacer lo mismo.
Desde ese episodio nos volvimos más amigos que nunca, salíamos, conversábamos, me presentaba a sus muchas novias como yo le presentaba a mis eventuales ligues, nos reuníamos con sus amigas, hacíamos fiestas en su piso y en muchas ocasiones dormimos desnudos en la misma cama. En otras ocasiones junto a ella y la novia de turno. Nunca pasó nada entre nosotros, ni con ella ni con ninguna de sus amigas. Salvo saludarnos y despedirnos siempre con un piquito en los labios, nada más.
Hasta que ella se embaló con una alemana de grandes tetas. En su compañía se fue de viaje a recorrer el sudeste asiático sin fecha de retorno; en ese mismo período decidí regresar a Chile.
Habíamos perdido totalmente el contacto hasta que la vi sentada metida entre libros en una cafería en el centro de Santiago de Chile.
Llevábamos horas conversando y poniéndonos al día de todo lo que había pasado durante este tiempo sin vernos, me contó lo de su padre, su gran amor, y que fue el motivo de su regreso, se notaban algo más los años tanto en su cuerpo como en su rostro sin dejar de ser esa pelirroja bonita, atractiva y sugerente.
Vestía formalmente un traje de dos piezas gris con ribetes negros, el pelo tomado y gafas a tono: no podía ocultar su condición de abogado.
-Bueno, Muriel en que andas ahora, fuera de matarte trabajando- le ...
... pregunto
-En nada especial Andrés, asesorar múltiples estudios jurídicos deja poco tiempo para uno, en todo caso mi idea es ahorrar, juntar mucho dinero para luego dedicarme a viajar, tener una vejez de puta madre, tranquila y rodeada de gatos. -comenta largándose a reír-.
-¿Y de amores, cómo andas?- porque nunca te faltó esa parte -, le pregunto
- Bueno, nunca falta, así como dicen ustedes, de vez en cuando tiro una canita al aire, pero por el momento nada estable y definitivo.
Me largo a reír y le digo.
– Quien te ha visto y quién te ve -termino por decir sarcásticamente-.
-Te siguen gustando esas pequeñas pero intensas fiestas que hacías en tu piso de Madrid- le pregunto
-Tengo poco tiempo para fiestas, pero si, a veces las extraño-me responde sonriendo-.
La miro y me pongo a meditar en silencio unos minutos y le digo finalmente;
-Muriel- le digo mirándola a los ojos- ahora que te veo y lo pienso, necesito que me hagas un favor, un gran favor.
-¡No me voy a acostar contigo! Si estás pensando en eso -me dice muerta de la risa- no lo hice cuando las hormonas se me salían por las orejas, ahora menos que estoy más tranquila -terminó por decir-.
-No es precisamente eso lo que quiero, pero si algo parecido- le digo, dejando en suspenso las palabras.
Abre los ojos y me mira en forma interrogante y me pregunta– ¿Qué favor quieres que te haga, Andrés?
-¡Tengo una pareja sumisa! - le digo directamente y sin titubear
Abre aún más sus ojos, me mira y ...