El regalo: Un antes y un después (Novena parte)
Fecha: 27/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... un extraterrestre. La mujer no paró de sonreír.
Fui hasta mi auto y del baúl retiré el estuche de herramientas y le pedí a Paola que encendiera dos cigarrillos mientras me retiraba el Tissot de mi muñeca.
—Pao, preciosa… Me va a llevar algo de tiempo. Por favor llama a don Augusto y comunícale lo que estamos haciendo, no vaya a ser que se preocupen por tu estado, estando tú tan cerca de mis manos. ¡Jejeje! —Y le di un beso en la frente, mientras Paola me encendía un cigarrillo, sonriente y sacándome coquetamente la punta de su lengua.
—Bueno… ¿Señora? —¡Ohh! Lo lamento que descortés soy, mi nombre es…
—Martha con hache. Y se quedó sorprendida. —Yo soy Rodrigo, encantado de conocerla–. Y le extendí mi mano, ella la suya. Las estrechamos sin mucha efusividad y una mueca a manera de interrogación, permaneció en su rostro. —Y la rubia de allí es Paola.
—¿Pero cómo? ¿Nos conocemos? —Y entonces me reí.
—No lo creo Martha, y tampoco soy un adivino ni trabajo para Scotland Yard. De pronto sí tenga en mi sangre algo del linaje de Sherlock Holmes. —Y ella volvió a regalarme su sincera sonrisa.
Llevé mi dedo índice hasta su cuello, la mujer bajó su mirada junto a su cabeza y rocé con delicadeza su gargantilla dorada, en cuyo centro estaba tallado en letras cursivas de oro, su nombre.
—No creo que lleves encima el apelativo de otra que no seas tú. Este es un regalo de… ¿Tu esposo?
—Pero qué observador es usted. Sí, este es mi nombre. —Me dijo mientras ...
... acariciaba entre sus dedos las letras cursivas. —Pero en algo si ha fallado, no fue un obsequio de mi esposo–. Y miró hacia el cielo.
—Fue un regalo de mi padre para mi último cumpleaños. —Noté tristeza en sus palabras.
—Qué bonito detalle, le dije yo, mientras tomaba en mi mano un destornillador y una llave para liberar la tapa que cubría la batería.
—Disculpe Martha, podría iluminar aquí. —Y le pasé mi teléfono móvil encendiendo la linterna para visualizar mejor las ranuras y la tuerca.
Ella lo tomó en sus manos y yo con la colilla aún entre mis labios me dispuse a la labor requerida. Paola se acercó y la retiró con delicadeza de mi boca, pisándola luego con la suela de sus sandalias. Martha observó con detenimiento aquella acción.
—¿Y ustedes dos son pareja? —Nos preguntó–. ¡No señora! Le respondí.
—Paola es mi compañera de labores. ¡Ehhh! Martha por favor ilumine bien a este sitio. —Le indiqué, pero no me alumbraba bien, miré de reojo y la vi, manipulando el teclado de mi móvil. Y por fin me hizo caso y dirigió la luz de la linterna hasta el lugar que le había solicitado.
—¿Y a que se dedican? —Yo soy políglota, le comenté mientras luchaba por retirar con cuidado aquella lámina de plástico. —Pero Paola de inmediato se carcajeó ruidosamente, haciendo que mi mentiroso comentario, despertará en Martha la curiosidad.
—¿En serio? Humm, ya veo. Interesante. ¿Y qué idiomas domina usted? —Ehhh, algo de inglés y un poco de alemán. Respondí terminando de retirar una ...