1. Tormenta de verano


    Fecha: 08/04/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... se había pegado a su piel completamente, como un guante, se transparentaba de tal manera que más que cubrir su desnudez parecía que la acentuaba. Cada curva, cada lunar y peca, incluso el atrevimiento a no llevar ropa interior, quedaban totalmente al descubierto. Para colmo, el aire acondicionado había producido un considerable endurecimiento de sus pezones y tenía la piel de gallina. Casi instantáneamente, el rubor le encendió las mejillas y volvió la mirada hacia el suelo. Esta vez no se protegía del sol, tampoco se protegía de la lluvia, se protegía de su propia desnudez y su inseguridad ante el chico se la comía con la mirada una y otra vez mientras mostraba una sonrisa de lo más lasciva.
    
    - ¿Pasas o piensas quedarte ahí plantada? - Soltó el vecino sin dejar de sonreir.
    
    En otro momento Sara había reaccionado ante tal osadía por parte de un chico, pero no en ese momento. Se sorprendió a sí misma tartamudeando como el adolescente del supermercado y pasó lentamente el umbral de la casa sin quitar ojo al espejo que tenía en frente. Podía admirar hasta el más mínimo detalle de su cuerpo a través de la fina tela empapada. Mientras entraba en el piso, fue totalmente consciente que el chico que le abría la puerta podría verle por detrás tan claramente como por delante, a través del espejo. Estaba totalmente expuesta, sin defensa alguna. Deseaba con todas sus fuerzas taparse con los brazos, o simplemente huir y volver cuando estuviese seca, pero le resultaba imposible. La ...
    ... excitación le había invadido con la misma rapidez que el aire gélido del acondicionado había puesto en tensión sus pezones y le impedía mover los brazos para tapar lo más mínimo de su intimidad a la vista del chico, que la devoraba con la mirada voraz, sin piedad. Sentía la sensación del cazador que tiene en el punto de mira a su presa, solo que en ese momento la presa era ella. El chico, sin prisa alguna y sin quitarle ojo de encima, comenzó a buscar lentamente las llaves en diversos cajones hasta llegar al más bajo del mueble, a ras de suelo, donde se escuchó el tirinteo de unas llaves. Con una estúpida sonrisa satisfacción dibujada en la cara, se giró y volviendo a repasarla con la mirada. Hizo un gesto con su mano en la entrepierna, evidenciando una gran erección y se dirigió hacia el sofá donde dijo:
    
    - En ese último cajón hay llaves, mira si es una de esas, si no tendrás que quedarte hasta que venga mi madre. - Su sonrisa se ensanchaba por momento y se sentó de tal forma que daba a entender que la situación la tenía totalmente controlada y que quería ver más de lo que estaba enseñando. Se había convertido en un juego, y ella parecía que las tenía todas de perder.
    
    Sara fue consciente de cual era las intenciones de su vecino, pero en lo más hondo de ella misma había algo que le impedía evitar seguir exhibiéndose como una puta. Aspiró dos veces e hizo acopio de toda la dignidad que aún quedaba en ella para dirigirse hacia el cajón donde ya veía su llave. Había entrado en ...
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