1. La petición de Ana


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... comerle el coño. Tenía un coño delicioso, profundamente depilado y apetecible. Pasé la lengua por sus labios de arriba a abajo, para después centrarme en su clítoris y lamerlo en círculos lingüísticos. Estaba disfrutando, mi lengua saboreaba el paraíso, mi polla iba a reventar y mi excitación estaba exaltada y era correspondida. La lamí un buen rato escuchándola gemir, los otros espectadores también la oyeron y se volvían ocasionalmente para curiosear. Me puse en pie y coloqué mi polla a la altura de su cara, pero ella acercó sus tetas, dejó caer saliva entre ellas y me la atrapó entre ellas. Las agitaba frotándome en medio y en ocasiones lamiendo la punta, hasta que se la metió entera en la boca de una embestida, quedándose con ella dentro varios segundos. Cuando la sacó, un hilo de saliva entre su boca y mi polla brilló en la oscuridad del cine. Me senté y le pedí que se subiera encima. Ella lo hizo mirando hacia la pantalla, dándome la espalda, supongo que no quería perderse nada de la película, pero en realidad lo que quería ver eran las miradas furtivas de los escasos espectadores. Me folló así un buen rato, moviéndose en círculos, en vertical y en horizontal, nunca sentí tanto ritmo en unas caderas. Le miraba el culo agitarse ensartado en mi polla y sentía como quería estallar y hacer salir un rio de mí e inundarla por dentro. Pero ella se quitó, se sentó al lado, girada hacia mí.
    
    —Quiero que me veas la cara cuando me corra —me dijo— Y yo la tuya, pajéate ...
    ... conmigo.
    
    No podía rechazar esa oferta, así que me la agarré y comencé a menearla mirándola fijamente. Ella se pajeaba muy rápida, su boca abierta y su mirada clavada en mí provocaban una aceleración tremenda en mis sentidos. Me arrodillé frente a ella, que abrió bien las piernas para que no perdiera detalle. Me colé entre ellas cascándomela como un loco.
    
    —Me voy a correr sobre tu coño. —Le dije enfurecido.
    
    Ella soltó un sí que sobrepasó el volumen de la película. Los de delante se giraron ya sin disimular. Empecé a correrme sacando explosiones de semen sobre su coño, empapándole la mano con la que se masturbaba y el coño. Al ver mi explosión ella se sobreexcitó y empezó a correrse, y de qué manera. Supongo que las miradas ajenas le habían subido la excitación. Jadeó y gritó corriéndose como una perra. Los espectadores aplaudieron al saber que había terminado el acto.
    
    Cuando la película acabó se levantaron los otros espectadores y nos miraron, querían ponernos caras. Ella seguía con las tetas fuera del vestido, sabía que la iban a mirar y le gustaba el detalle. Se despidieron con una sonrisa pícara y salieron de la sala. Nosotros nos recompusimos e hicimos lo mismo.
    
    Ahora andábamos por los pasillos del centro comercial juntos. Ella seguía provocando el efecto imán ante la gente, era inevitable.
    
    —Acabo de tener una idea genial para acabar el día. —Me dijo.
    
    —Cuéntamela —Dije curioso.
    
    —No, mejor que la veas. Sepárate de mí como antes y vuelve a seguirme.
    
    Obedecí y ...
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