Mi madre y el macarra
Fecha: 06/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Francisco procedió a la ofensiva. Tomó una mano de mi madre, y la dirigió con toda tranquilidad a su bragueta, donde se estaba formando un bulto prominente. Mi madre emitió un pequeño grito al sentir aquella anaconda y se estremeció al captar que era lo que quería el joven.
- Francisco, tú también eres una persona muy especial para mí y lo sabes. En estas tres semanas que has estado aquí me he sentido muy bien.
- ¿Cómo?
- Me he sentido acompañada. Sentí nuevamente que podía tener alguien a quien contarle mis cosas y un hombre que me hiciera sentirme atractiva de nuevo. Pero no podemos hacer lo que piensas. Estoy casada.
- No me importa. No te me vas a ir. La pasamos muy bien juntos, ¿no?
- Sí, pero…
- Shh – comenzó a mordisquearle el lóbulo de una oreja – Veo que te gusta que este aquí. Te gusta tener un hombre en la casa, tú misma lo dijiste. A muchas mujeres les gusta tener un hombre fuerte que les dé seguridad. Y veo que te sientes muy cómoda conmigo. ¿O si no por qué has permitido que estas tres semanas esté aquí todo el día?
Pude ver que ella comenzaba a ceder. Sus negaciones eran cada vez más débiles mientras el macarra comenzaba a acariciarla de manera suave. Estuve a punto de bajar, no sabía que haría, pero tenía que hacer algo. No podía creer que mi madre estuviera a punto de cometer adulterio con un chaval un año mayor que yo, por muy guapo y fuerte que fuera. Pero mis piernas no respondían. Nunca había tenido que lidiar con una sensación así, ...
... puedes prepararte para un examen, pero no para ver a tu madre siendo seducida por otro. Aparte Francisco me aparecía como un muro infranqueable, tanto moral como físicamente.
- Francisco, no podemos…
- Tranquila. Te va a gustar. No sabes el tiempo que llevo esperando esto.
- No, por favor… - susurró ella como última resistencia
- Shh, shh. Calla, Vero. Déjate llevar.
Comenzó a besarla levemente, con cariño. Le daba besitos por las mejillas, cuello y hombros, disfrutando de la suave piel de mi madre. Subió para darle un piquito de nuevo. Mamá no protestó, parecía que estaba comenzando a disfrutar el asunto. El chaval tomó como una señal positiva su silencio. Introdujo una mano bajo la ropa, a la altura de su abdomen, que comenzó a reptar lentamente en dirección a sus tetas. Podía ver como se deslizaba sobre la piel de ella, bajo su camisa deportiva. Mamá emitió un leve gemido cuando comenzó a sobarle los pechos. Sus voraces manos ahora estaban sobre el cuerpo de mi madre, pero ella seguía sobándole el paquete por encima de la mezclilla sin necesidad de que él la guiara.
- Creo que te está gustando mi amigo...
- Mmm… ajá
- Tiene buen tamaño, ¿no crees?
- Es… enorme, sí – respondió con la sorpresa aún en el rostro
- ¿Te imaginas esa cosota dentro de ti?
Él esbozó otra de sus sonrisas socarronas mientras veía a mi madre disfrutar con sus caricias. La otra mano del macarra le sobaba el culo. Estaba jugando con su presa antes de ir directamente a su ...