Mi madre y el macarra
Fecha: 06/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pidiera.
El jueves yo me había retirado a mi habitación dejando a mi madre y a Francisco platicando como de costumbre. Después de un rato ella entró a mi habitación con una carga de ropa limpia. Estaba doblando la ropa mientras me platicaba de su día.
- … entonces yo me sentía aburrida. Desde que empezaron las obras no he salido. Así que esta mañana me fui al gimnasio.
- ¿Y dejaste a Francisco solo? – pregunté yo, con ojos de plato.
- Sí. ¿Por?
- Joder, mamá. Tú sabes que Francisco no es un ejemplo de honestidad. Podría haber robado algo.
Para mi sorpresa, aquello molestó a mamá. Dejó lo que estaba haciendo y me apuntaló con un dedo. Clavó sus ojos color miel en mí, pero en aquel momento no parecían miel, más bien fuego.
- Francisco ya pagó por lo que hizo. Se está esforzando por ser otro. Tú (hizo especial acento en la palabra) no deberías pensar mal de un amigo.
Mascullé algunas palabras incomprensibles en respuesta. Ella dejó lo que estaba haciendo y salió de mi cuarto. No me estaba gustando para nada el cariz que llevaba aquello.
Volvimos a comer juntos los tres el viernes y mamá me dijo, en tono bastante cortante, que iba a ir al gimnasio en la tarde. Me limité a asentir y subí a mi recámara a entretenerme un rato. Serían las seis de la tarde cuando entró con su ropa de ejercicio a informarme que se iba.
Se despidió rápidamente. Llevaba unas mallas pegadas que dejaban ver sus redondas nalgas, junto con un top de tirantes. Se había puesto ...
... una sudadera ligera encima, y la llevaba entreabierta dejando ver el inicio de su generoso busto. Escuché como caminaba hacia las escaleras.
Me dio sed mientras mamá descendía. Pensé en pedirle un vaso de agua, al igual que hacía Francisco, pero no quise importunarla. Me dirigí a las escaleras yo también. Apenas comenzaba a bajar, pero me detuve al escuchar que platicaba con el joven.
- Fran, ya me voy. ¿Vas a necesitar algo?
- No, gracias. – dijo el saliendo del baño donde trabajaba – Ya ayer conseguí todo. Wow, te ves muy bien.
- Gracias, eres un cielo. Vuelvo en hora y media. Cuida a Juanillo.
Para mi sorpresa, mamá se inclinó y le dio un beso en la mejilla. Por lo visto aquella era una forma de despedirse usual entre ellos, ya que Francisco la atrajo con uno de sus fuertes brazos y le plantó un sonoro beso. Mamá salió de casa. Él se recargó en la pared, escuchando como se alejaba el auto. Después, bajo una mano hasta su entrepierna, donde se había formado un bulto.
- Joder, Verónica. Que caliente me pones. Apenas logro contenerme. Con esas tetas que te cargas te hacía pasar un buen rato. Y yo que llevo sin follar desde que me metieron a prisión.
Su entrepierna había alcanzado un tamaño que solo podría calificar de indecente mientras Francisco pensaba en tirarse a la dueña de la casa.
- Voy a terminar la obra… y de regalo le voy a dar unos buenos cuernos a tu maridito. Se ve que andas necesitada.
Todo esto mientras se sobaba el paquete por encima. ...