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Mi madre y el macarra
Fecha: 06/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... La expresión de su rostro era pura calentura. - Iba a follarme a la Claudia (era una vecina un par de años menor que yo) pero esto es mejor. Una madurita para mí sola. Ni en mis mejores sueños en prisión me imaginaba esto. No puedo esperar a abrirte de patas. Paró su masturbación. Era evidente que quería esperar. Respiró hondo varias veces para calmarse y luego se metió al baño a continuar trabajando. La cosa me había olido mal, pero ahora ya tenía confirmadas mis sospechas. Por suerte, Francisco terminó todas las reparaciones el sábado. Y tengo que admitir que hizo un buen trabajo. Parecía que había construido de cero las zonas por donde había pasado. Supongo que en el reformatorio les enseñan a trabajar correctamente. Así que pensé que la historia había acabado. Grande fue mi sorpresa cuando llegué el lunes de la universidad y me encontré a Francisco, sentado en el sofá. Estaba viendo la televisión. Yo lo salude con un poco de temor, él me respondió con desgana moviendo el brazo tatuado. Fui a la cocina e interrogué a mamá. - ¿Qué? Fran ya está trabajando en otro lugar, pero sale a esta hora. Estaba afuera y lo vi pasar, así que le invité a comer. - Creo que él ya está grandecito como para hacerse de comer – añadí con un tono de reproche que se me escapó - Tú también, y sin embargo aquí estoy cocinando. Anda, no discutas ya. Así que Francisco comió con nosotros nuevamente. Y el martes, y el miércoles. Fue pasando cada vez más tiempo en nuestra casa. ...
... Lunes y martes se retiró inmediatamente después de comer, pero el miércoles se quedó un poco más. Jueves y viernes también. Afortunadamente pudimos descansar de él en el fin de semana. Durante esa segunda semana intenté acercarme a Francisco, más por instigación de mi madre que por deseos propios. Ella insistía en que habíamos sido buenos amigos y debía procurar restaurar esa relación. Francisco se limitaba a estar recostado en el sofá viendo televisión o platicando con mi madre. Todos mis intentos de “restaurar relación” fueron frenados en seco por él. Me respondía cortante, sin interés y no me prestaba atención cuando hablaba. Era una actitud desagradable. Ese tipo estaba de entrometido en casa, sin colaborar en nada y se daba el lujo de ser grosero conmigo. El siguiente lunes tuve un día normal y llegué a casa a la hora usual. Francisco no estaba, gracias a dios. Saludé a mamá y subí a mi habitación. Fue una desagradable sorpresa encontrar su ropa sobre la cama. Mi extrañamiento me impidió moverme durante unos segundos. Agucé el oído y escuché claramente el agua de la regadera del baño común de la segunda planta. Salí a interrogar a mi madre con respecto a que significaba esto. Ella acababa de subir las escaleras y coincidimos en el pasillo. - Oye, ¿qué pasa aquí? Entro a mi cuarto y lo primero que me encuentro es la ropa de otro en mi cama. - Ash, no seas tan dramático Juan. Francisco vino a comer, pero venía bastante sucio y sudado. Me pidió ducharse. No veo ...