1. Mi madre y el macarra


    Fecha: 06/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... El jueves mamá y él vieron una película y tuve que preparar palomitas para ambos. No me agradecieron cuando se las llevé ni me invitaron a sentarme con ellos. Creo que toqué fondo el viernes. Acababa de llegar de la universidad cuando Francisco trajo su ropa sucia para que YO la lavara. Su cinismo fue la gota que derramó el vaso.
    
    - ¡Ya estuvo bueno, Francisco! – le espeté
    
    Él se dio la vuelta lentamente. Por un momento me asusté al creer que iba a ponerse agresivo. Sin embargo, había una inexpresividad total en su rostro cuando me encaró.
    
    - ¿Qué pasa? – preguntó con toda calma
    
    - Que esto ya es demasiado, joder. Puedo tolerar que vengas a comer. Pero empiezas de gilipollas sintiéndote jefe y ahora me das tu ropa sucia…
    
    - ¡Ah, mierda! – exclamó mi madre
    
    La extrañeza de oír a mi madre expresándose con ese vocabulario me distrajo. Corté la réplica y tanto Francisco como yo fuimos a ver qué había pasado. Ella estaba con su ropa de gimnasio, viendo al automóvil. Una de las llantas estaba totalmente desinflada.
    
    - ¿Qué ha sucedido? – pregunté
    
    - Pues nada, que había un accidente cerca del supermercado esta mañana y había vidrios y restos de metal por todo el pavimento. Creí que los había evitado, pero por lo visto fallé. ¿Juan, puedes ayudarme a cambiarla?
    
    Comencé a trabajar en la llanta. Mejor ayudar a mi madre que lavar la ropa de otro. Ella sacó la de repuesto. No tuve problemas en levantar el auto con el gato, pero si para quitar las llantas. Las ...
    ... malditas tuercas no querían ceder. No sé porque me sentía nervioso. Sentía cuatro ojos clavados en mi nuca mientras luchaba infructuosamente con la llanta.
    
    - Joder, deja intento yo – dijo mi madre al fin
    
    Ella se inclinó, dejando su redondo trasero a nuestra vista en una pose más que sugerente. Francisco no se cortó un pelo viendo, sin importarle que estuviera yo presente. Parecía divertirse con la situación. Varias veces abrí la boca para reclamarle, pero no me atreví. Me intimidaba demasiado.
    
    - Déjame ayudarte Verónica.
    
    Francisco se agachó, sin dar tiempo a mi madre de que se levantara. Colocó su cuerpo de mamut sobre ella, provocando unos roces tremendos sin preocuparse en disimular. Fingiendo ayudarla, pude ver que restregaba toda su entrepierna sobre el trasero de mamá, combinado con unos agarrones “accidentales” en un pecho. El extraño dúo no tuvo problemas en quitar las tuercas. Luego liberó a mamá de su agarre y terminó la faena.
    
    Mamá se levantó bastante agitada. Estaba colorada. Por un instante vi una mirada extraña en ella, como si estuviera excitada. Un momento después su mirada se había normalizado y creí que todo habían sido imaginaciones mías.
    
    - Listo, Vero – dijo él tranquilamente, sin hacer referencia a lo que había pasado.
    
    - Gracias Francisco. Es bueno tener un hombre en casa – respondió ella sin pensar
    
    Se metió a la casa sin reparar en lo que había dicho, él la siguió. Francisco me dirigió una sonrisa burlona mientras entraba. Dio un pequeño ...
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