1. El de la verdura


    Fecha: 07/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: cuerva, Fuente: CuentoRelatos

    ... fijamente mientras se lo sobaba, yo no podía dar crédito a toda aquella situación que se presentaba ante mí, salió con su miembro para afuera del baño, y me dijo te gusta, quieres más banana, a lo que yo estaba petrificada ante aquel tipo sin saber que hacer o reaccionar, y entonces me agacho delicadamente, a la altura de su miembro y empezó a pasármelo por la cara, por el cuello, yo no apartaba la mirada de sus ojos, solo atinaba a mirar sus ojos mientras el rosaba mis labios con su miembro, me dijo quieres una probadita de una banana jugosa, vamos rápido, un probadita.
    
    A lo que sin dudarlo cerré mis ojos y abrí mi boca, tragándome aquella enorme chota, en el pasillo de mi propia casa, entre la penumbra del corredor y los ventanales de afuera.
    
    Que decirles, yo había provocado toda aquella situación, la verdad que lo había deseado, me comí todo del flaco, no solo le pele la banana sino que tambíen me la comí entera, extasiada, jugaba con mi lengua y aquella descomunal poronga jugosa, dura, que sentía que podía metérmela entera, me sentía una cualquiera, una perra en celos, era una mujer casada y allí estaba en mi propio hogar siéndole infiel a mi marido.
    
    Con un flaco que tenía un enorme miembro y hacía de mi boca una fiesta para ambos. Me aferre fuerte a aquel falo descomunal, con ambas manos, mientras el cogía mi boca aferrado a mi cabello, nos mirábamos fijamente, le daba y le daba a mi boca sin miedo alguno, ...
    ... diciéndome:
    
    ¡Si comete toda la banana mi amor! ¡Así de jugosa esta por vos! Y se movía sin miedo mientras yo, no le mezquinaba boca, lenguas y una sobaba de aquellas, cuando sin decirme nada, se vino en mi boca haciéndome tragar todo.
    
    No me importo, me aferre aún más como Martita aquel día y el continuo sus embates constantes a pesar de haber acabado, seguí duro y yo seguía extasiada de tanta poronga, la verdad que la situación, toda la de estar arrodillada frente de él, mirándolo fijamente, aferrada a semejante miembro en mi boca, saciando todo aquello que había imaginado, no hizo más que darme placer y más placer, imaginaba al flaco entre los pliegues de mi vulva y entrándome así y me excitaba y sentía que acababa…
    
    No sé cuántas veces se vino adentro de mi boca, perdí la cuenta, no me importaba nada, al final soltó mi cabello, pero la que no saltaba aquella banana era yo, seguía aferrada a ella, mamándola y exprimiéndole hasta la última gota, podía sentir su glande como se había empezado a hinchar y poner más duro nuevamente y solo le dije con vos mimosa que ¡Me diera más juguito!
    
    Una vez más pude ver al flaco estallar, vaciar todo en mí, nada más que esta vez lo recibí afuera, quería ver como acababa en mí, llenándome toda le leche, descubrí mis pechos, agarrando su poronga con ellos, aquel instrumento que tiraba chorros de semen sobre mí, y continúe mamándolo, como si después de eso no iría a haber otra vez. 
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