Vengándome del hijo de puta de mi vecino
Fecha: 11/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos
... bastante rato sin hablaros de Ramón, quizás a estas alturas penséis que sus andanzas se habían detenido, pero os equivocáis. El muy cabrón tenía un amplio repertorio de putadas y a continuación os detallaré alguna de ellas. Tranquilos, no me extenderé mucho y dentro de unas pocas líneas volveré a hablaros de mis encuentros con Ángela. Pero he de avisaros de algo, bastante tiempo habéis invertido ya en la lectura de esta historia y enumerar todos los encuentros que mantuve con ella sería, cómo decirlo… repetitivo. Así que os contaré tres de ellos, que creo que merecen la pena ser contados y luego pasaré a terminar el relato contándoos como culmina mi venganza, que no las putadas de Ramón.
Para abrir boca, os adelantaré de que irán cada uno de los tres encuentros por si queréis saltaros las siguientes líneas e ir al grano.
El titular del primero será la primera vez que le follé el culo, en el segundo, digamos que os contaré como saldé una deuda pendiente y en el último… el último deberéis leerlo ya que me hizo cambiar un poco el plan previsto.
Pero como ya os había avisado, primero las putadas.
Ya me había acostumbrado a comprobar el estado de las ruedas pero una vez más, Ramón hizo alarde de imaginación y tuve que incluir un nuevo paso en mi rutina: Comprobar la matrícula trasera.
Había salido temprano a trabajar, cuando en mitad de la autopista, una patrulla de la guardia civil que venía detrás de mí, encendió las luces del techo y adelantándome me hicieron ...
... gestos para que me detuviese en el arcén. Tras el típico saludo y pedida de documentación, me explicaron que el motivo por el cual me habían parado era el estado de la matrícula trasera, o mejor dicho, por la falta de la misma. El puto Ramón, me había arrancado la placa y su bromita me había costado 200 €.
Debió hacerle gracia la broma, porque días después, me encontré con uno de los números de la matrícula tapado con un vinilo blanco. Menos mal que lo vi, porque si llego a salir así y me paran de nuevo, la multa hubiese sido de hasta 6000€ y la retirada de 6 puntos del carné.
Otra de sus lindezas fue dejarme encerrado durante horas en el ascensor. Tal casualidad llevaba su firma ya que una vez me liberaron, tres horas después, me comunicaron que "algún vándalo" había estado "jugando" en el cuadro del ascensor y lo había destrozado por completo arrancando todos los cables y rompiendo todo cuanto había en el.
No creáis que todas sus putadas eran tan rebuscadas, ya os he contado que también me robaba el felpudo e incluso me ponía palillos en el botón del portero automático del portal. Como veis, su repertorio variaba desde los actos más inocentes, propios de un niño pequeño, al del mayor hijo de puta del reino.
Tranquilos me paro aquí y como os había prometido, vayamos con la primera vez que le rompí el culo a su hija.
En uno de nuestros muchos encuentros, me hallaba taladrando el coño de Ángela desde atrás y no conseguía apartar la vista del orificio anal de mi ...