1. El anonimato es afrodisíaco


    Fecha: 04/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... imagen reflejada. Y, en esa posición, el tímido profe, empezó a soltarle el vestido, que cayó a los pies de ella, quien, encantada, contorsionaba su cuerpo al ritmo de las caricias de aquel y empujaba sus caderas hacia él, sintiendo la dureza del pene de aquel hombre que parecía explotar dentro de sus pantalones.
    
    Ella, ahora vestida por su diminuto bikini, veía en el espejo como aquel seguí amasando sus senos y, con la ropa todavía puesta, empujando su miembro contra las nalgas de mi mujer. Ella, con los ojos entrecerrados y la boca entreabierta, ofrecía sus nalgas a aquel y, colocando sus manos a la espalda, le frotaba su miembro erecto por encima de la ropa.
    
    Jhonny no lo dudó más y, sin dejar de manosear a mi esposa, se fue despojando de la ropa. Ellos, mientras hacían esto, seguían encantados con la imagen que se veía reflejada en el espejo. Poco a poco Jhonny fue quedando desnudo, para placer de la excitada señora que, ahora, podía acariciar aquel miembro con toda libertad. Jhonny seguía empujando y, en un abrir y cerrar de ojos, despojó a mi mujer de sus bragas, que dando tan solo vestida con el corpiño de su bikini.
    
    En el espejo se podía ver reflejado ahora la imagen del sexo de mi esposa y, detrás de ella, en medio de sus piernas, un miembro grande, duro y erecto que buscaba acomodarse. Inicialmente, Jhonny, desde atrás, restregó su miembro contra la vagina de mi mujer, sin llegar a penetrarla, pero, pasados unos instantes, hizo que ella inclinara su torso, ...
    ... apoyando las manos en la pared, a lado y lado del gran espejo, penetrándola desde atrás. Y ella, excitada como estaba, colaboraba para que las embestidas de aquel en esa posición fueran más cómodas y placenteras.
    
    El empujaba y empujaba, mostrando en su rostro gestos de placer y satisfacción. Pienso que nunca llegó a pensar que se le fuera a dar esa oportunidad y estaba aprovechándola al máximo. Empujaba y empujaba, y seguía acariciando a mi mujer por todos los rincones de su cuerpo. Ella, para ese momento, solo atinaba a gemir tímidamente con cada embestida que aquel le proporcionaba. De repente, Jhonny se retiró y le dijo; Laura, mejor vamos a la cama. Y ella así lo hizo.
    
    Anduvieron los cuatro pasos que los separaban de la gran cama y se acomodaron en ella. Laura se tendió boca arriba, abriendo sus piernas, y él, sin dudarlo un instante, la abordó de frente, en la posición de misionero e insertó ese gran miembro en la vagina de mi atribulada y excitada esposa. La sensación tuvo que ser intensa, porque cuando él lo hizo ella soltó un gemido de placer, como si le hubieran tocado las fibras mas profundas de su cuerpo.
    
    El profe, sin perder tiempo, empezó a meter y sacar su miembro con un vigor y una rapidez increíble, logrando que mi esposa gimiera cada vez más rápido y fuerte. Cada embestida estaba acompasada por un gemido y eso, al parecer, hacía que Jhonny impusiera con más vigor su virilidad. Empujó y empujó hasta que ya no pudo más y, sacando su miembro de la vagina ...
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