1. El anonimato es afrodisíaco


    Fecha: 04/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... de ella, exhalo un chorro de líquido blanco y denso que cayó sobre el pecho de mi esposa. A continuación, se montó sobre el pecho de ella y, colocando su pene frente a la cara de mi mujer, ofreció su miembro para que se lo mamara. Y ella, así lo hizo.
    
    Atenta y delicada, con su boca y con su lengua, se dedicó a lamer aquel gran miembro en toda su extensión. Jhonny, casi de inmediato, volvió a levantar presión. Le pidió a ella que se recostara boca abajo y así acostada como estaba, la penetró desde atrás. Nuevamente empezaron los gemidos de ella al ritmo de los embates de aquel. Al rato le pidió que se colocara en posición de perrito y, desde atrás, volvió a empujar con igual velocidad y ritmo, como antes lo había hecho.
    
    No pasó mucho tiempo hasta que, en medio de gesticulaciones de placer, ella soltó un fuerte y profundo gemido, que acompañó con la expulsión de un profuso chorro de líquido, que humedeció las sábanas y alcanzó a salpicar las paredes de la habitación. La contracción continuada de sus pechos, con sus pezones totalmente duros y erectos, eran señal del gran placer que había experimentado estando sometida a las atenciones de aquel.
    
    Pasado esto, ella se acomodó boca arriba, aún agitada por el esfuerzo. El, por su parte, le ofreció su boca para que lo besara. Y ella así lo hizo, de manera que sus cuerpos permanecieron unidos, él sobre ella, besándose de manera interminable. Aquel seguía acariciando a mi mujer con sus manos, sin perder detalle de su ...
    ... cuerpo.
    
    Y, como siempre, la pregunta de rigor por parte de ellos. Laura, ¿cómo estuvo? Genial, respondió ella. Hacía rato que no me excitaba tanto. Me alegra, dijo él. Era lo menos que podía hacer para compensar lo bien que me hiciste sentir las otras noches. ¿Cómo así? pensé yo… ¿Qué había pasado las otras noches? Ella no había dicho nada. Con razón el tipo había llegado tan dispuesto. Bueno, le tendré que preguntar.
    
    Pasado un rato, Jhonny dijo que lo mejor era irse, porque en cualquier momento yo podría llegar y que, además, tenían cosas que hacer desde muy temprano. Nuevamente, la besó, y ella, correspondiéndole, acarició con ganas su pene, una vez más, haciendo que se pudiera duro de nuevo, y de nuevo el hombre, no queriendo perder oportunidad, la penetró, pero esta vez delicadamente, moviéndose sobre ella acompasadamente mientras la besaba.
    
    Aquello no duró mucho. Creo que ambos ya habían llegado al límite, así que Jhonny se levantó, se vistió mientras le contaba a ella lo que le esperaba con el grupo de muchachos y, una vez listo, se despidió, besándola nuevamente, y finalmente dejó la habitación.
    
    Ella entró al baño, se duchó, se colocó un bikini y salió. Y ¿Qué fue lo que hicieron las otras noches? Nada, dijo ella. Entonces ¿por qué te agradecía? Lo normal. Y ¿qué es lo normal?, cuéntame. Bueno, asintió, pero espero que no te molestes. Me va a molestar que no me cuentes y que dejes esto en suspenso, contesté.
    
    Anteayer en la noche, cuando nos conocimos, ciertamente ...
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