1. Te quiero amar


    Fecha: 05/03/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Anastasia apenas podía recordar algo que no se manchara con la sombra de su mamá. Damián contemplaba a su hija y recordaba aquellos felices días de verano, cuando una niña le contaba bajo la sombra de un viejo árbol que tenía una tatarabuela que era hechicera y se llamaba Anastasia.
    
    Ana no dejó nunca de buscar los labios de papá. Aquellos besos de niña ya no le satisfacían. Damián tuvo que soportar su adolescencia, sintiendo en la desesperación de los besos de su hija la crueldad de la soledad.
    
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    Un domingo gris de lluvia ambos se quedaron en casa, sentados en el piso junto al cristal de la ventana, compartiendo su soledad.
    
    Un relámpago iluminó el cielo con un destello, y un trueno sacudió la habitación. Un pequeño grito salió de la garganta de Ana, quien en un instante estaba ya aferrada al brazo de su padre. Damián se echó a reír y Ana hizo un puchero.
    
    «¿Papá?»
    
    «¿Sí?»
    
    «Cuéntame cómo conociste a mamá»
    
    Damián suspiró.
    
    Aquella mañana gris de lluvia, abrió nuevamente su corazón.
    
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    Un hombre triste, y una niña que apenas había dejado de ser una niña, sentados uno al lado del otro, en un día de lluvia, ya suspirando, ya riendo, recordando tiempos que no habrían de volver más.
    
    Fue así como Anastasia María escuchó la más bella historia de amor que habría de escuchar jamás.
    
    Una historia que escuché sin invitación.
    
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    Aquella misma tarde Anastasia estuvo curioseando en un viejo baúl que estaba debajo de la cama de sus padres. Sabía ...
    ... que se encontraba allí, pero nunca antes se había atrevido a abrirlo. Encontró papeles viejos, hojas de árbol prensadas entre placas de vidrio y viejas cartas de amor. Mientras su padre preparaba la cena ella estuvo varias horas con las narices metidas entre aquellos recuerdos de un pasado cuyas historias no le pertenecían.
    
    En el fondo del baúl, en una vieja cartera de mujer con un leve rastro de perfume de París, encontró una vieja fotografía. Mostraba a un joven con la camisa impecable, sentado frente a la barra de un bar, que simplemente sonreía. Era su padre.
    
    Aquella tarde, después de la cena, Anastasia espiaba por la puerta del baño. Damián, en la bañera, miraba hacia el techo y pensaba en mí.
    
    Anastasia se desnudó. Recogió su cabello y entró donde estaba su padre. Llevaba consigo la fotografía.
    
    Cuando Damián vio acercarse junto a él a aquella ninfa escapada de los bosques de su pueblo sus ojos se nublaron. La confundió. La confundió con Amanda. La niña se acercó hasta él y le tendió la fotografía.
    
    «Eres tú»
    
    Damián contempló la fotografía, después a su hija y nuevamente a la fotografía.
    
    «Sí, era de tu madre»
    
    «¿Puedo quedármela?»
    
    «Todo lo que tengo te pertenece»
    
    «¿Dejarás que me bañe junto a ti?»
    
    «Estás desnuda ya»
    
    «No te bañas con la ropa puesta»
    
    «Alguien me dijo algo parecido una vez»
    
    «¿Cuándo fue la última vez que me bañé contigo?»
    
    «No lo sé, pero has crecido ya»
    
    «¿De verdad?»
    
    «Supongo que tendré que comprarte un ...
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