1. El regalo: Un antes y un después (Tercera parte)


    Fecha: 09/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... sacársela de los brazos y luego dejarla en el piso tras de mí. Sus medias también y claro cómo no, sus pantaloncillos por igual. Todo tan… ¿Fácil?
    
    —Me va a tener que dar un buen aumento de salario en contraprestación por estar arriesgando mi matrimonio. –Le dije alzando el tono de mi voz, acercándome a su oído derecho.
    
    Con cuidado giré la perilla y de la regadera surgió un torrente de agua fría que cayó sobre su cuerpo. Parecía haber dado resultado. Movió la cabeza de un lado para el otro y sus manos, las elevó tratando de resguardarse de las gotas heladas. Me estaba salpicando, así que me aparté un poco. De repente me sentí optimista, pensé que aquella ducha, traería de vuelta a la realidad a mi jefe con prontitud. ¡Equivocación! él seguía allí tirado, encorvado en posición fetal, sin reaccionar. ¡Maldición!
    
    No había nadie allí que se diera cuenta y mi jefe en su borrachera, no repararía en lo que yo me aprestaba a realizar. Me despojé de la chaqueta de mi negro traje sastre, desabotoné mi blusa satinada y la fui acomodando sobre la tapa del bidé. Luego bajé la cremallera lateral de la falda gris. Me deshice de los zapatos y con cuidado de no romperlas, mis medias veladas fueron a parar encima de la falda y de mi chaqueta. Me miré en el redondo e iluminado espejo y me vi ridícula, sonreí sin querer, al mirarme allí en aquella atípica situación; semi desnuda en un baño junto a mi jefe, aquel hombre desnudo y traicionado por su esposa. Mi sujetador blanco «push up», ...
    ... regalo de mi esposo como casi toda mi ropa interior, realzando mis medianos senos. Las bragas que yo tenía puestas, eran de un azul claro en algodón, para nada transparentes y del tipo bikini. Estaba cercano el día en que me bajara el periodo, así que de sexi, nada.
    
    Pufff, suspiré y tomé una bocanada de aire que me diera valor e impulso. El frio me invadió casi de inmediato y empecé a tiritar. Pasé mis brazos por debajo de las velludas axilas de don Hugo y con fuerza, apoyándome en la pared interior, fui enderezando su cuerpo hasta lograr ponerlo medianamente en pie. Mi jefe y yo bajo una ducha fría, recibiendo la lluvia de la regadera, abrazados durante no sé cuantos minutos. Pareció reaccionar, me miró y…
    
    —¿Mar… tha? —De improviso me habló, pero sin mirar.
    
    —No señor, Silvia, jefe. Soy yo, Silvia.
    
    —¿Sil… via? ¿Miii ángeeel? —Sí señor, su ángel. —Le respondí yo, mientras pasaba mi mano por sus cabellos húmedos, apartándolos de su rostro. Sus ojos grises, ya no estaban tan enrojecidos. ¡Me sonrió!
    
    Y se abrazó fuertemente a mí. Recostó su quijada partida a la mitad sobre mi hombro y pude sentir su barba picando mi piel y su aliento calentando la mía, obviamente aquel aroma a alcohol y comida persistía en su boca. Pero no, no me dio asco. Al igual que el giré mi cara hacia el lado opuesto y la apoyé en su pecho. Podía sentir el latir de su corazón, el seguramente el mío, al estar tan juntos. El agua recorría medio lado mío. El cabello se me empapó y los minutos ...
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