Dos sesiones de fotos
Fecha: 10/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tapando mis pechos. Manuel tomó unas pocas fotos mientras ajustaba reglajes en su cámara, y al ver que no me relajaba, dejó su cámara de lado y se aproximó sentándose a mi lado.
—¿Qué pasa, Lucía, cariño? —preguntó con mucha suavidad, completamente dejando atrás la severidad con la que se había mostrado desde que llegué—. Eres muy hermosa, y me parece que ésta no es la primera vez que haces de modelo… ¿verdad?
Negué con la cabeza sin atreverme a mirarlo, y me ruboricé cuando le expliqué que nunca había tenido que modelar con una prenda tan pequeña como esa. Manuel pasó su brazo por mi cintura, dejándome sentir el tacto de sus manos rudas y secas en mi delicada piel, blanca como la nieve.
—Pero Lucía, bonita… —dijo con una gran sonrisa—. Puedes ser tan atrevida como quieras, por que mira, entre tú y yo, al final en estas imágenes no se va a ver tu cara.
Me quedé mirándolo, extrañada.
—Verás —continuó—. La marca de ropa interior que vas a llevar hoy no quiere que se vean las cabezas de las modelos en las escenas, ya que prefieren que los clientes se fijen en sus productos. Así que si crees que sus diseños son un poco atrevidos, piensa que nadie va a saber nunca que eres tú quien los lleva. Lo único que se va a ver es ese cuerpo tan sensual que tienes pero sin enseñar tu rostro.
Después de que me contara eso, me tranquilicé un poco más. ¿Qué daño podía hacer? Técnicamente no estaba saltándome mis reglas, y al fin y al cabo, solo sería mi cuerpo el que se ...
... vería en la imagen, nadie podría saber nunca que era yo la modelo.
Comenzamos la sesión conmigo recostada sobre un costado, de modo que mis pechos quedaban comprimidos entre mis brazos. Luego Manuel me pidió que abriera ligeramente mis piernas para sacar algunas fotos de las bragas. Con la luz brillante de los focos, me di cuenta de que el encaje blanco transparentaba un poco y se adivinaba la sombra de mi vello púbico. En otras circunstancias me habría negado a continuar, pero dado que al final no se me vería la cara, lo dejé pasar.
Probamos varias posiciones, siempre procurando que quedaran el sujetador y las braguitas en primer plano. Al cabo de unos minutos Manuel hizo una sugerencia.
—Lucía —dijo, inclinando su cabeza de lado como si estuviera pensando—. La gracia de este sujetador es su diseño de copa baja. ¿Por qué no lo bajas un poquito más para que asomen un poco tus pezones? Solo un poco, con clase, para que hagan contraste con la tela de encaje.
Ruborizada, le expliqué mi regla básica, nada de enseñar mis pezones o mi coño delante de la cámara. ¿Qué pasaría si alguien se enterara de que soy yo en esas fotos?
—Pero Lucía, guapa, nadie va a saber que eres tú —insistió—. No se ve tu cara en las fotos, y si apareciera en alguna por descuido luego yo la cortaría antes de entregársela al cliente, no te preocupes.
Lo miré, sonrojada, solamente medio convencida.
—Mira, vamos a hacer esto… —dijo usando su voz más suave y paternal, que contrastaba con su ...