HASTA LA CIMA - CUARTA PARTE
Fecha: 20/04/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... cumplieron con su palabra y el jueves por la tarde nos vimos en Skype. Mientras ellos me contaban su semana yo me arreglaba el maquillaje mientras Marena me hacía ondas en el cabello. Sentía la necesidad de demostrarle a Adrián el puesto que había conseguido.
—No creo que sea muy cómodo —comentó Marena—. Ya sabes, ir con prendas tan caras y distintivas y llevarlo a un restaurante que él no va a poder costear. Se va a sentir incómodo, casi como cualquier otro hombre y más. Rey, siempre hemos comido en lugares de paso y sentados sobre las banquetas.
No le había contado a Marena la versión oficial de la tarjeta dorada. Lo había contado —porque tenía que contarlo— con entusiasmo, y la había presentado como una prestación laboral.
Por supuesto que a Marena eso se le había hecho raro.
—¿Una tarjeta de crédito ilimitada como parte de una prestación laboral? —había preguntado.
Pero había utilizado a mi favor lo mucho que todavía desconocíamos de ese país para tener, por lo menos, el beneficio de la duda.
—Yo de verdad creo que tienes que saber separar tu vida personal con tu vida laboral. No es lo mismo que vayas a los lugares más caros con el rostro mejor valuado de España que, si bien me dices es un imbécil, por lo menos puede asesorarte, traducirte el menú e infundirte una buena conducta en la mesa. Definitivamente no es lo mismo que ir con tu novio migrante, de recursos limitados y que no están ninguno de los dos acostumbrados a esa clase de servicios.
Y ...
... aunque había comenzado a perder los pies del suelo pensé que Marena lo decía por algo, y la sabiduría de ser mi mejor amiga no podía dejarla pasar sin más.
Al final Adrián y yo terminamos cenado en la banca de un parque, como solíamos hacerlo antes de llegar a España.
No nos habíamos visto desde que había encontrado al albino en el centro de nuestra sala de estar aquella noche, por lo que la primera impresión que tuve después de mes y medio fue lo increíblemente delgado que estaba. Una clase de pesar maternal me abrumó el corazón. Quise llevarlo a casa y hacer que Marena cocinara tantas arepas para él como fuesen posibles. Después pensé en mi país. ¿Si el fantasma azul no hubiese llegado tan pronto, habría accedido al exilio en el que me había embarcado? Pensar en las posibilidades de una sola decisión diferente era algo que me apasionaba, sin duda alguna.
—Nunca habíamos permanecido tanto tiempo sin vernos —señaló Adrián.
Aunque el aire de aquella noche era un tanto invernal, ni Adrián ni yo íbamos abrigados como el resto de los transeúntes. Ambos teníamos una cajita de arroz oriental en el regazo, palillos de mala calidad enterrados en el medio mientras mirábamos a cualquier lugar menos al otro, con la nariz comenzando a tintarse de rojo. Me gustaba lo mal que sabía la comida china, lo barata y chiclosa que resultaba.
—Para todo siempre hay una primera vez —suspiré.
—¿Qué has pensado acerca de nosotros? —preguntó.
El estómago se me hizo un nudo. ¿No podría ...