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La historia de Ángel, solo era un muchacho (26)
Fecha: 24/06/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... amigo. Álvaro me miró y pensé que se sentía avergonzado, al contrario que Pablo. -¿Has probado el culito de nuestro médico? Es glorioso y lo tiene cerradito. -me guiñó un ojo a la vez que le introducía dos dedos y observé el gesto de sorpresa de Álvaro al sentirse invadido por el ano. No respondí a la invitación que me hacía, sacando la lengua y señalándome el culo para que fuera a participar. Fui a la sala y miré las copas semi vacías, la botella estaba por la mitad y aún se conservaba fría, llené dos nuevas copas y volvía al dormitorio. Al verme llegar me miraron con sorpresa y deshicieron su abrazo para sentarse en una lateral de la cama y cogerme cada uno una copa. -Gracias gatito, estas pendiente de todo. -Es para que podáis descansar y cambiar el sabor de las bocas. -inmediatamente Álvaro desvió la mirada para fijarla en la dura verga de Pablo. -Nunca pensé que llegaría a mamarle la polla a Pablo. -se la sujetó con la mano que le quedaba libre. -Al final te has decidido y vaya que si te gusta, como a mi tu culito. -bebieron el resto de la copa de un trago y Pablo de tumbó boca arriba sujetándose la verga con un obsceno gesto de oferta para que Álvaro ...
... volviera a chupársela. Le estábamos dando la mamada de su vida, cada uno a un costado nos esforzábamos en lamer y chupar aquel palo duro que nos gustaba tanto, subíamos lamiendo el largo fuste hasta encontrarnos con nuestros labios en la punta de la polla y darnos un húmedo y caliente beso para volver a bajar disfrutando de la verga de nuestro amigo, y mientras unos gozaba de sus peludos huevos el otro succionaba fuertemente el capullo de la verga. Personalmente me excitaba al escuchar sus lamentos, o quejidos de macho, sintiendo nuestras bocas que le servían y deseando que descargara el rico semen para comerlo entre los dos. Surgía como un surtidos entre nuestros labios, y nos apresurábamos a recibirlo degustando la leche que salía disparada estrellándose en nuestro beso. Mis dos amantes se habían quedado dormidos, tenía a cada uno a un costado, Pablo enredando sus piernas en las mías y Álvaro pasando el brazo por mi pecho. Me sentía la persona más afortunada del mundo rodeado por mis dos hombres amados y tardé en quedarme dormido, disfrutando del calor que me transmitían y de algún movimiento nervioso que hacían con sus cuerpos, quizá soñando conmigo Seguirá.…