1. Eran las tres de la mañana


    Fecha: 28/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Maduro Salido, Fuente: CuentoRelatos

    ... empecé a bombear, me hizo reducir el ritmo y al poco empezó a jadear haciéndome aumentar el ritmo de bombeo hasta correrse de nuevo en unos minutos. Yo alucinaba. Cuando ella iba por el tercero de esta serie, le dije que me venía con intención de sacarla y me dijo:
    
    - No se pare por favor, no se pare.
    
    Mientras jadeaba excitándome hasta tal punto que me corrí dentro de ella al instante.
    
    - La he cagado cariño, la he cagado.
    
    - Tranquilo, mañana me tomo la píldora del día siguiente por si acaso y no pasa nada.
    
    Meneó su culito un rato como si se relamiera hasta que mi polla se quedó flácida. Y, como una gatita, se puso en posición del 69 se puso a chuparme la polla morcillona y dolorida, mientras decía.
    
    - Venga límpieme, no vayamos a manchar la cama. Y no le dé asco que lo que saldrá de mi es sólo suyo.
    
    Estuvimos “limpiándonos” hasta que le salió todo de su interior. Parecía que quería más y le pregunté:
    
    - ¿Te apetece seguir un poco más?
    
    - A mí sí. ¿Y a usted? Aunque estoy muy bien y muy a gusto si lo quiere dejar no hay problema, estoy encantada.
    
    - Que va, sólo necesito un rato, entiende que ...
    
    - Por favor, no se excuse usted, ha echado dos sin sacarla. ¿No se dice así?
    
    - En mi vida me he encontrado una maravilla como tú.
    
    Era maravillosa, no sólo sabía conseguirme el mayor de los placeres, me hacía sentir el macho más macho del planeta con la mujer más hermosa del mundo entero. Para entonces, la anoréxica había pasado a ser Mis ...
    ... Universo.
    
    - Espera un rato cariño. ¿Te apetece jugar un rato con unos juguetes que tengo?
    
    - Bueno, si a usted le apetece y le ayuda a animarse de nuevo.
    
    Me fui en pelota viva a mi cuarto y, con todo el silencio posible, saqué, de un cajón, vaselina y un consolador que mi mujer casi nunca quería usar, al menos conmigo, porque siempre decía “tira esto de una vez”, las pocas veces que la penetraba con él y la ponía cachonda para luego follarla, pero nunca lo tiraba. Tal vez lo usaba en solitario y por eso le apetecía tan poco hacer el amor conmigo. Me lave de nuevo, no sé bien porque, creo que para refrescarme un poco más que por otra cosa y, cuando lo hice, me sentí culpable por el esmero que había puesto la nena para limpiarlo todo perfectamente. Cuando entré de nuevo en el cuarto de mi hijo, cogí una vela de adorno que tenía allí y le puse un poco de vaselina, muy poca porque la nena seguía mojada, y empecé a penetrarla primero con la vela de tamaño algo mayor que un puro y, al poco, con el consolador de considerables proporciones, mientras tanto, la nena ya estaba chupando y sobándome testículos y polla.
    
    Sin llegar a estar empalmado iba camino de estarlo, llegué a tamaño de crucero en el mismo momento que, mientras bombeaba intensamente en su coñito con el consolador que mi mujer tanto criticaba, le vino un orgasmo de tal intensidad que los gemidos que dio la nena me dejaron preocupado por si se oían, pero no paré, estaba enfebrecido y en lugar de parar, le empecé a meter mi ...
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