1. HASTA LA CIMA - TERCERA PARTE


    Fecha: 04/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... que Massimo no se saltara ninguna de sus obligaciones, controlar el consumo en la mesa y apegarlo a su propio plan alimenticio, declarar cada uno de sus movimientos y recibir información por ambos lados con la capacidad de comprensión necesaria para comunicarme de forma clara y concisa. Se trataba de un puesto lleno de poder sobre una sola persona; Massimo, y eso me hacía sentir como si de pronto los papeles se hubiesen invertido y Massimo se hubiese convertido en esa mujer desnuda en la habitación y yo en el hombre que la vestía con furia sin gramo de vergüenza.
    
    Me sentí profundamente agradecida con Gabriel.
    
    ***
    
    Cuando por fin la capacitación había terminado y Marta terminó de enviar a mi apartamento docenas de conjuntos, decenas de calzados, mi equipo de trabajo actualizado —hecho por un móvil con los contactos de cada integrante, un portátil vinculado a los documentos de control, un auricular con micrófono para eventos públicos, tarjetas de crédito monitoreadas por otro asistente y más—, llegué a mi apartamento hecha un lío y sin haber descansado ni un solo día desde que Gabriel se había presentado en la puerta de mi apartamento.
    
    Eran las siete con treinta y siete minutos y el sol había comenzado a deslizarse cuesta abajo iluminándolo todo con un cálido color naranja cuando llegué a casa justo un mes después de aquella noche con el albino. Abrí la puerta, entré sin la necesidad de encender la luz y me tiré en el sofá completamente exhausta. La sala estaba ...
    ... repleta de paquetes por abrir que parecían mirarme, expectantes.
    
    —No —dije en voz alta—. No estoy de humor para abrirlos hoy. Será mañana.
    
    Palabras que obtuvieron como respuesta un bajo:
    
    —Oh, estamos completamente ansiosos.
    
    Pegué un brinco en el sofá, volteé con los ojos desorbitados al lugar de origen de aquella voz y ahí encontré una silueta recortada por los rayos del sol. Era una mujer. Entrecerrando los ojos descubrí que se trataba de Marena.
    
    —Por un segundo creí que eras Marta —suspiré—. Que me había seguido hasta mi casa para ver cómo abría la puerta y si llegaba a sentarme de forma apropiada en el sillón.
    
    Entonces Marena se paró y encendió la luz.
    
    —¿Es todo lo que tienes que decir? —preguntó con los ojos vidriosos.
    
    —Ay no, ¿ahora qué hice? —pregunté, exhausta.
    
    —¡Nunca me llamaste, tonta! —dijo tomando el cojín sobre el sillón individual y lanzándomelo en la cabeza—. ¡Creí que jamás ibas a hablarme otra vez!
    
    —Vale, Marena, te recuerdo que lo nuestro no son los abrazos y las lágrimas —dije mientras alzaba las palmas en son de paz.
    
    —¡Te llamé mil veces! ¡Más de mil! ¿En dónde te habías metido?
    
    —¿Yo? —pregunté con las cejas alzadas—. ¿Quién no regresó a casa nunca?
    
    —¡Pero bueno! Que no se te olvide que tu noviecito me corrió sin tentarse el corazón.
    
    —¿Y por eso no regresaste?
    
    Mar suspiró y se dejó caer en el sillón a un lado de mí.
    
    —Tenía miedo de encontrarme con Adrián —confesó—. Pero tenía más miedo de llegar y que la que me ...
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