1. HASTA LA CIMA - TERCERA PARTE


    Fecha: 04/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... corriera en esa ocasión fueses tú.
    
    —¿Cómo piensas eso, loca? —exclamé—. Pase lo que pase, siempre serás mi mejor amiga.
    
    Y aunque los abrazos no eran lo nuestro, la envolví con un brazo sobre sus hombros y ella dejó caer con alivio su cabeza sobre mí.
    
    —¿Puedo volver a casa, entonces? —preguntó como una niña de diez años.
    
    Marena de diez años,
    
    enlisté mentalmente en las múltiples personalidades de mi mejor amiga.
    
    —Solo... no más escenas lésbicas —condicioné.
    
    Marena río.
    
    —No más escenas lésbicas —repitió.
    
    8
    
    El regreso de Marena me había hecho pensar en Adrián, inevitablemente.
    
    Con el lío de los envíos que Marta me había hecho llegar, el móvil personal que había dejado descargar a consciencia se había perdido en el rincón más rebuscado que había podido alcanzar. Mientras le contaba a Marena que a pesar de haberse ido cuando Adrián lo había ordenado él también lo había hecho —el trato no había sido ese—, ambas buscábamos alrededor de todo el apartamento.
    
    Al final Marena lo encontró metido en la alacena.
    
    —¿Qué pasaba por tu mente? —preguntó mirando el móvil con el ceño fruncido.
    
    Totalmente exhausta me abalancé sobre ella para quitárselo y me apresuré a mi habitación para ponerlo a cargar.
    
    —¿Entonces no han hablado desde ese día? —preguntó Marena recargada en el marco de la puerta.
    
    —Pues no —negué—. Hey, no me veas con esos ojos. Si tan solo hubieses escuchado lo que dijo...
    
    —A ver, Rey, que tampoco te encontró jugando a las damas ...
    ... chinas con su rival del colegio. No es que esperes un trato muy tierno, pero...
    
    —Pero, ¿qué? —apremié.
    
    —Pues me ha parecido extraña su forma de actuar, ¿no? Digo, él literalmente se cogió a tu mejor amiga.
    
    —Sí, pero yo estaba presente.
    
    —¿Y eso qué, Regina? ¿Eso no lo hace peor? —Cuestionó—. Al Adrián que yo conozco le habría parecido increíblemente
    
    sexy
    
    lo que encontró esa noche. Jamás habría reaccionado como lo hizo.
    
    —Quizás esté madurando, ¿no te parece? —contesté a la defensiva.
    
    Marena negó.
    
    —No me parece.
    
    Pero no dijo más y se marchó del marco de mi habitación deseándome las buenas noches.
    
    Con la tenue iluminación amarillenta de la lámpara para leer que Adrián había comprado para la sala, abrí todos los paquetes y acomodé cada cosa en su lugar con una meticulosidad que me costó el doble de tiempo para cada tarea. Como el móvil lo había comprado hacia algunos años atrás, volver a lograr que encendiera cuando la batería se había descargado por completo se había vuelto imposible. Cuando terminé de organizar todo a eso de las cuatro de la madrugada, el móvil seguía muerto con la pantalla negra y más frío que el mármol.
    
    Revisé el móvil que Marta me había dado buscando instrucciones y decidí irme a dormir al no encontrar ninguna.
    
    ***
    
    Soñé con la noche que habíamos estado Adrián, Marena y yo juntos.
    
    Soñé con mi país dos años antes, cuando recién mi padre había muerto y el prometido de Marena no había llegado al altar. Los tres estábamos ...
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