Y finalmente... ella y tu regalo (Tercera parte)
Fecha: 13/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... montamos en la SUV y partimos rumbo a un centro comercial. Allí la dejé para que se encontrara con su futuro esposo y yo, pues debía ir a otro lugar para hacer unas compras. ¡Imprescindibles!
Llegué pronto a mi hogar, parquee la camioneta y tomé mi maletín y las bolsas. Ascensor ocupado en el último piso. Bueno, pues subiré a pie los tres pisos, que me hace bien para calmar las ansias. ¿O los nervios? Abrí la puerta, no escuché ruidos. Al parecer mi esposa no se encontraba o estaba en nuestra habitación durmiendo. Dejé el maletín y la bolsa encima de una mesa auxiliar al lado del sofá. Fui a la cocina para buscar en el refrigerador una cerveza. Destapé una, tomé un sorbo y algo de aire, sí, estaba nervioso por aquel encuentro con mi mujer después de todo lo acontecido.
Me dirigí hasta nuestra habitación, pero no estaba allí. Revisé la de mis hijos y tampoco se encontraba. Me cambié de ropa, un pantalón de lino azul, un buzo con cuello de tortuga blanco, y mocasines de cuero beige. Luego salí hasta la sala y empecé a depositar las compras en aquella mesa de centro, que reposaba sobre la alfombra gris. Una botella de Vodka, las dos copas de cristal escarlata que obsequiaron por la compra de la Smirnoff, servilletas y una bandeja con hojas de menta y rodajas de limón. Ahh y una bolsa de regalo. Coloqué igualmente sobre la otra mesa auxiliar y sobre el mesón de la cocina, dos candelabros con tres velas rojas cada uno.
Eran casi las ocho de la noche y revisé en mi móvil, ...
... las redes sociales, para distraerme mientras en el equipo de sonido, el tocadiscos giraba. Se escuchaba la música de Marvin Gaye y su “Sexual Healing”. Deslizaba la pantalla sin interés alguno. Entré en el Instagram de Silvia por “chismosear”, para ver que fotos nuevas hubiera colgado. Había pocas, dos o tres nada más. La fachada de un chalet, una adicional fotografía de una sala amplia, muy bien decorada y con una hermosa alfombra de un mullido color albo en el centro. Al fondo de la panorámica se podía apreciar un gran ventanal que conducía a un espacioso balcón. La última era de ella, sentada de medio lado posando risueña en la mitad de un lujoso sofá de cuero beige, mostrando sus hermosas piernas, cruzándolas, una sobre la otra. Al fondo de marco una iluminada chimenea. ¿Sería la casa de…? Si podría ser. Las había subido recientemente, pero no tenían ningún comentario, pero si dos gustados corazones.
Sobre las nueve de la noche el hambre me pudo, así que fui hasta el horno y puse a calentar dos trozos de pizza Napolitana. Tres minutos después y sentí la puerta abrirse. Mi esposa al entrar se sorprendió por la ambientación de nuestra sala. Y me miró.
—¿Y esto a que se debe? —Me dijo sin saludar y sin asomo de felicidad.
—¡Buenas noches cariño! le respondí. —Esto es para que celebremos. —Sentencié.
—¿Pero qué vamos a celebrar? —Respondió encogiéndose de hombros y sin más se fue por el pasillo hacia nuestra alcoba. Desde la cocina, mientras masticaba un pedazo de ...