LAS PAMPAS CHATAS 1
Fecha: 14/02/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... que en la belleza que me había tocado en medio de las pampas chatas…, tan chatas… «No te olvidés, a la una te espero.» «Perfecto. A esa hora estaré de vuelta…»
“Me indicó hacia donde tenía que ir. Lo que encontraría en el recorrido, y donde estaba el mojón que me serviría de guía. Cuando viajaba hacia allí, me sacudía la cabeza. No sabía en qué pensar… Si en lo maravilloso que me esperaba “junto” a semejante belleza…, o en el trabajo. No tenía nada más que la cinta de agrimensor de 50 metros y los jalones para fijar la cinta. Ni teodolito ni ninguna otra cosa. Todo se lo había quedado el ingeniero, para medir los terrenos “del sur”. Hice todo lo posible, no más de 4 kilómetros, cuando vi la hora en la cual tendría que regresar para “almorzar” con Marilína. ¡Un desastre! ¡Solamente cuatro kilómetros! Y eso que el terreno era absolutamente plano. Lamentando lo poco que había hecho… me regodeé en lo que me “esperaría”. ¿Sería así? ¿O pura imaginación mía?
Cuando llegué, casi a la una, Marilína me esperaba en la galería. En cuanto estuvimos a la vista, el ángel movió los brazos… y saltaba de alegría. ¿Sería así, en verdad? Me había olvidado de la cinta, los jalones, el terreno, los potreros… Mi pensamiento… y mi sangre solamente deseaba a Marilína. ¿Sería posible? «¡Dani! ¡Qué alegría! ¡Qué puntual!» Vino corriendo al jeep. Bajé… y antes de estar apoyado en el suelo, el ángel me abrazó. «¡Oh, perdoná! ¡Es qué estoy muy contenta que hayas regresado!» «¡Marilí! ¡Nunca nadie ...
... me recibió tan bien! ¿Tenías miedo de que sobrara comida?» «¡Nooo! ¡Malo! ¡Te esperaba a vos!» Sus expresiones me asombraron… o no… ¡Qué sé yo! ¿Así sería la magia? Se había dejado la blusita de la mañana…, pero tenía una pollerita mínima, que hacía lucir, esplendorosamente hermosas, sus piernas… ¡Oh Dios! ¡Qué mujer hermosa! Me tomó de la mano y me arrastró hacia el interior. Me decidí. ¡La hora de la verdad! «¡Marilí!» Se detuvo y giró. La abracé por la cintura y la besé. Me tomó del cuello… y el beso se convirtió en pura pasión… La tomé de los glúteos y traté de levantarla. Me rodeó la cintura con sus piernas. La llevé a la sala, que se veía desde la cocina. La senté en el sofá. ¡No aguanté más! Me agaché a sus pies, metí la cabeza en la entrepierna, corrí la bombachita… y besé sus labios…, sus “otros” labios… Totalmente peluda y mojada. «¡Ah Dios! ¡Dios! ¡Dios!» Su invocación a Dios vino acompañada de un orgasmo fenomenal… «¡Ay Dani! ¡Perdoname! ¡No me pude aguantar! ¡Te deseo tanto!» ¡Y apretaba mi cabeza contra su sexo! «¡Sos la maravilla! ¡La absoluta maravilla!» «¡Tomame, por favor! ¡Quiero sentirte toda, TODAAAA!» «¡Estoy todo transpirado!» «¡No importa! Luego nos bañamos juntos… ¡Muy juntos!» No di más vueltas. Mientras seguía chupando sus fluidos, me bajé los pantalones, y me erguí. En ese momento, Marilína se sacó la bombacha, se acomodó contra el respaldo del sofá y levantó las piernas. ¡Lista para recibirme! No más dudas. Le penetré de un saque. Fantásticamente ...