LAS PAMPAS CHATAS 4 - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS 4

... Puso el glande justo en el orto de Juli. Yo empecé a empujar con ganas, muchas ganas. La nena era extraordinaria, y estaba fantásticamente dispuesta, con un culo de escultura. La fui penetrando despacito. Juli giró la cabeza hacía mí, y sonreía complacida. «Tesoro, si te llega a doler o molestar, avisame, detengo la penetración.» «¡No! ¡No! ¡Me gusta mucho! No me duele nada…» «Si, Dani. Estuvimos “practicando” con los juguetitos. Juli tuvo un consolador en el culo durante todo el viaje en la moto. Ahora me lo puse yo. ¡Mira!» Erika, además de darme la explicación, se dio vuelta y agachó, para que vea como el consolador estaba metido en su culo. «¡Jajaja! ¡Muy buena prevención!» Con Erika nos reímos, y la nena me guiñó el ojo. La pija fue entrando milímetro a milímetro. Aunque la cabeza ya estaba adentro, Marilí no dejaba de tenerla. Erika se acomodó bajo la cabeza de Juli para que ésta le chupara la concha. Seguí metiéndola hasta el fondo. «¡Ayayay! ¡Dani! ¡Qué rico! ¡Dani sí! ¡Dale! ¡Está buenísimo! ¡Es hermoso! ¡Mari tenía toda la razón! ¡Es tan lindo con vos! ¡Es maravilloso!»” 
“Entre gemidos y suspiros, Juliana no dejaba de exclamar en su placer. Llegué al fondo, los huevos pegados al perineo y concha, y la retiré un poquito. La saqué no más de un tercio y empujé hasta el fondo. Comencé el bombeo, despacito. Cuando estaba nuevamente en el fondo, contra las tripas, Juliana se estremeció…, y llegó al orgasmo. Marilí se agachó entre mis piernas para beber los jugos de su ...

... amiga. Juli lamía desaforada la concha de Erika. No veía su lengua, pero los temblores de Erika lo hacían evidente. Yo bombeaba con urgencia. Empujaba hacía su artístico culo, tomando sus tetas y besando la espalda. Juliana temblaba como en el ártico, pero de calentura. «¡No hay nada igual papito! ¡Qué lindo! ¡Qué lindo! ¡Hay! ¡Es de locos! ¡Tengo otra acabada! ¡ME VIENEEEEE!» Juli tuvo dos tremendos orgasmos en dos minutos, que Marilí no desaprovechó para nada. Yo estaba a punto, pero quería aguantar. «Marilí, mi amor, apretámela bien así no acabo tan pronto y Juli se divierte más.» «¡Si si! ¡Dale! ¡Aguantá! ¡Es tan lindo sentirte dentro! ¡Me encanta como la movés!» ¡Bombeo más bombeo! Cuando Marilí terminó de chupar los orgasmos de Juli, desde donde estaba, entre mis piernas, me apretó la base de la pija, junto a los huevos. ¡Lo hace tan bien! Pude bombear algunos minutos más. ¡Era el momento! «¡Va tesoro! ¡Ahora te lleno!» «¡Dale! ¡Dale!» «¡TE LLENOOOOO!» «¡Te siento!» Me sacudí febrilmente, tomándome de su grácil cintura y la llené hasta las tripas. «¡Qué calentito! ¡Que rico! ¡Sos genial Dani! ¡Quisiera tenerte adentro todo el tiempo!» Erika se levantó urgente, sacando su concha de la boca de Juli…, que gracias a tantos gritos había dejado de lamer. «¡Haceme lugar Mari, por favor! ¡Quiero chupar la lechita de Dani!» Se retiró Marilí y Erika se colocó entre mis piernas, esperando que yo la saque del culo de Juliana. Mientras retiraba la pija, Erika, desde abajo… me lamía. ...