LAS PAMPAS CHATAS 4
Fecha: 14/03/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... Luego apretó la boca contra el agujero de Juliana, y sorbía con dedicación. Creo que no perdió ni una gota. Marilín, mientras tanto, se agachó delante de mí y lamió la pija hasta dejarla perfectamente limpia. ¡Todo magnífico! ¡Las chicas super contentas! Yo me “tiré” en la cama agotado… Cuando Erika terminó con la sorbida del culo de Juliana, se tiró a mi lado. ¡Quería ser la siguiente! Miró atentamente a mi entrepierna. «¡Qué lindo es! ¡Sin el prepucio el glande se ve mucho mas lindo, rosado y brilloso! ¡Mari sí que lo sabe hacer! ¡Jajaja!»”
“¡Era el momento! Fui hacia Erika. Bueno, ella vino hacia mí. Tenía el vello recortado. Seguramente Marili le había recomendado eso, dado que yo le había dicho que me gustaba mucho como lo había hecho ella, pues la concha se veía muchísimo mejor. Por entonces no estaba la onda de la depilación integral. Por lo menos pasaron muchos años antes de que yo viera una concha depilada. ¡Dios! ¡Qué labios externos! Gorditos, espectaculares para morderlos. ¿Cómo hago? ¿Cómo me aguanto? ¿Cómo hago para no acabar ya mismo? Le dije que se acostara boca arriba. «Marilí, tesoro, ponele una almohada bajo la cintura.» Comencé besándole los pies… «¡Ay Dani! ¡Me hacés cosquillas!» Rápidamente seguí hacía arriba, por las piernas, pantorrillas, rodillas, muslo. Cuando llegué entre sus piernas, besé suavemente ambos jamones, junto a la entrepierna, donde comenzaba el vello y los labios mayores. Despacito me fui acercando. Erika temblaba. Se arqueaba hacia ...
... arriba, levantaba las caderas para que yo fuera más rápido o más pronto llegara a la concha… Le besé los labios mayores, los mordisqueé suavemente. «¡Qué rico papi!» Me acosté cuan largo era con la cabeza sobre la entrepierna de Erika. Fui con toda la boca, lengua, labios. ¡La exquisitez total! Húmeda, brillante, palpitante. Levanté los brazos para llegar a las tetas, las tomé con ambas manos, pellizcaba los pezones. Metí la lengua entre los labios, de abajo hacia arriba, desde el perineo hacia el clítoris. «Nena, preciosa, abrite los labios con los dedos.» Erika, al instante, puso sus dedos en el lugar correcto y separó los labios. La rosada conchita apareció temblorosa y húmeda, muy húmeda. Chupé y lamí. El sabor era exquisito. Busqué la vulva con la lengua y la introduje hasta donde la lengua llegaba. La moví dentro del agujerito. Erika temblaba. Nuevos gemidos y suspiros por parte de la nena. «¡Ay papito, papito, me viene…, ya…, ay…, que rico!» Alguna de las chicas se había colocado tras de mí chupando y lamiendo los testículos y la pija, Juliana o Marilí. Alguna de ellas, probablemente Marilí, pues la acomodó entre mis piernas, para lamer el glande. Me puso contento que ellas intervinieran en el juego. Cuando me relajé para gozar del orgasmo de Erika, sorbiendo todo lo posible, fui hacia el clítoris, duro como un dedo meñique. Lo besé, lo lamí, tiré con los labios. Erika se sacudió y tembló. Se puso rígida, retiró los dedos de sus labios mayores y apretó mi cabeza con los ...