MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA - Relatos Eróticos

MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA

... hermoso cabello rubio. ¡Ay, papacito, eres lo mejor que me ha pasado en la vida! Me traía loco, sobre todo la forma que tenía de girar la muñeca mientras me masturbaba y me la mamaba, era un profesional, era un maestro, mi amante de dieciséis años. Ahora era yo el que estaba en las puertas del placer, se lo hice saber por si él no deseaba mi venida en la boca. Pero por toda respuesta siguió mamando, y lo hizo con más fuerza y, cuando me tuvo al borde del orgasmo, sacó mi verga de su boca y, empapada como estaba, la siguió masturbando, hizo taquito con su lengua y la puso bajo mi glande. Justo en ese momento comencé a eyacular y pude ver como su lengua se iba llenando de mi semen, como se la tragaba, y cuando no pudo, se comió mi verga y comenzó a chuparla muy fuerte, lo que me provocó que mi orgasmo se tornara en el mejor de mi vida.  Cuando se la sacó se recargó en la alfombra haciendo los brazos para atrás y me dijo. 
-	Me encantó el sabor de tu venida. Me la tragaría todos los días. 
-	Yo la tuya, Rafa. Oye. 
-	Dime, guapo.
-	¿Me puedo quedar las pantis. 
-	Y las medias si quieres. 
-	¿No son de tu mamá? 
-	La pantis, pero no me dice nada, piensa que se las robo a ella y a mi hermana para jalármela, y se hace la que no se da cuenta. ¿Yo me puedo quedar tus calzones?
-	Sí, claro. 
-	Esos sí son para masturbarme con ellos, pensando en tu verga deliciosa. 
-	Yo ya te la quiero mamar de nuevo. 
-	Bueno, pero primero vamos a vestiros que ahora sí ya no han de ...

... tardar.
  Me vestí con las pantis y las medias puestas, creo que desde ahí creo que me di cuenta que le agarraría gusto a eso de la ropa interior de mujer.  Lo bueno es que en mi casa está mi mamá y mis dos hermanas, tal ves podría tomar las suyas y usarlas de vez en cuando.  Nos fuimos al sillón y nos estuvimos besando un buen rato. Me sentía tan feliz, tan excitado, que no tardé en meter mis manos en su pantalón, le saqué la verga y lo estaba masturbando. Luego me levanté y me puse, digamos de perrito en el sillón y a él, a mi guapísimo Rafa, lo tenía de lado, pues que me agachó y se la empiezo a mamar de nuevo. ¡Qué delicia, guapo! ¡Que pinche verga tan preciosa tienes, nene! Pero apenas estaba agarrando ritmo cuando se escucha la puerta. Trabajo me costó dejar ir esa preciosa verga de mi boca. Nos avisaron con un grito que habían llegado, y les dijimos, Okey.
-	No, nene, no, guapetón a mí no me dejas así. A mí me das mi lechita que ya me hiciste adicto. 
   Así que Rafa parado junto al barandal de las escaleras con la verga de fuera y yo arrodillado frente a él, pues que se la empiezo a mamar con confianza, pues podía ver si alguien se acercaba al pie de la escalera, y yo bien contento, con mis calzoncitos de mujer y la verga de mi precioso hombre en la boca mame que mame hasta que lo hice que de nuevo se viniera en mi boca. ¡Um, eso nene, dame mi premio, tu deliciosa leche que tanto me gusta! ¡Um, um, um, yomi, yomi! ¡Qué delicia mi amor! Me la tragué todita y se la seguí ...